Me pongo a escribir de nuevo, pero solamente un poco. Vuelvo por mi web, por este sitio donde logré encerrar mis desvaríos sin terminar en presidio ni encerrado dentro de una camisa de fuerza. Me siento bien desde estas lineas, me dan la libertad de decir lo que me da la gana, y de tanta libertad que tengo, puedo escribir en gris o en rojo.
Sigo trabajando en el Corte Inglés, vendiendo pijamas a compradores deseosos de llevarse la última prenda meritoria en rebajas.
Pero no me arrimo después de tanto tiempo para hablar de mi, sino de este mundo nuestro, vergonzante y vergonzoso, en la que se puede estar cerca de matar a alguien por ocupar una isla ruinosa que es una roca a doscientos metros de una playa marroqui. Y aún me quieren convencer de que está bien hecho lo que mi cabeza llama peligroso, lo que mi sensatez advierte como un indicio de que estamos cada vez más locos.
Yo hubiera querido ser Mario Conde. Brillante estudiante, inteligentísimo, si viéndolo me parece incluso que ha debido ligar siempre más que yo, el orgullo de sus padres, de sus hermanos, de sus amigos. Yo querría haber conocido a Mario en la facultad, nos habríamos hecho muy amigos, el listo y el tonto, quizá de haberme conocido habría sido peor estudiante, o yo mejor, pero a buen seguro él habría sido más honesto, y no visitaría tan a menudo y con intención de quedarse una carcel con nombre de puerta y Meco de apellido. Y sin embargo, de alguna manera casi se le sigue envidiando, el ricachón que quiso serlo más arruinando un banco. El que se estrella como político pero que es capaz de lograr 24.000 votos de gente que ahora vota a Gil, o lo votaría si pudiera, porque se trata de reventar el sistema desde el propio sistema, o cuanto menos votar exóticamente, huyendo de un bigote autoritario y de un gesto repetitivo, manita arriba y abajo con recuerdos andaluces.
El CGPJ a absuelto a los jueces que liberaron al super narco que cogida la calle decidió que mejor pies en polvorosa, para que os quiero. La cosa no me extraña, se guardan las espaldas unos a otros, para que la basura de debajo de la alfombra no asome por ningún lado.
Ante ayer leí horrorizado que uno de los testigos que declararon en el caso Lasa y Zabala había sido nombrado por el juez Gómez de Liaño, testigo protegido, esto debiera ser, con protección de la guardia civil, virginal y renacida tras el de Laos. Pero de alguna manera el gobierno es su atareado día a día encontró las trabas del que no hace suficiente, y al día siguiente de declarar esta persona no tenía protección ninguna así que les fue fácil encontrarlo, apalizarlo y violarlo.
El caso, es que luego su declaración no se tuvo en cuenta para la causa.
Este es el mundo que vivimos, tanta mierda que mejor no enterarse, no vayamos a enfermar y nos levantemos cada mañana con el suelo lleno de vómitos.