lunes, 28 de noviembre de 2005

F(r)icción II

- A mí nadie me dijo que el camino estuviera jalonado de tantas dificultades.
- Pues que querías, estás vivo. Lo que ves es lo que hay. Espabila que todo cambia demasiado rápido.
- Nadie me dijo que no hay más que un único resultado.
- No, no lo hicieron, pero el trayecto hasta hoy es terreno conocido. Lo aprendiste con cada paso.
- Pero fueron nada más huellas en la arena, las borrará el viento; la onda circular de un canto arrojado a un estanque. Condenada a desaparecer.
- Como todo, abre los ojos. Te has ido construyendo hasta hoy mismo. La cuestión es que en el acierto o en el error no podrás parar quieto. Las dificultades son el escalón que te sostendrá entretanto las vences. Y vendrán otras...

lunes, 21 de noviembre de 2005

Partir es salir

Parto mañana hacia Almería en el Eurobus de Alsa, que es viajar en primera clase. Como los ricos ;) La verdad es que mis últimos viajes fueron todos un desastre, reventones, retrasos, crucemos dedos, toquemos madera (ahora es cuando me toco el tarro... suena hueco). Imagino que estaré alrededor de una semana. Luego regreso para contar y despotricar tanto como pueda. Hasta entonces (la cuenta atrás empezó ya) ...

abrazos.

miércoles, 16 de noviembre de 2005

Detectores

Leo las nuevas normas de tráfico y quisiera comentar una. Aquella que tiene que ver con el uso de dispositivos que pudieran servir para detectar los radares con los que se sancionan los excesos de velocidad (que es distinta a la velocidad excesiva).

Lo primero que recoge el folleto al respecto es que antes no estaba regulado. Y que ahora queda regulado con una prohibición. Transcribo textualmente:

"Prohibida la instalación en los vehículos de mecanismos, sistemas o cualquier instrumento encaminado a eludir la vigilancia de los agentes de tráfico (detección de radares). También hacer señales con dicha finalidad".

Sobre esto podría escribir largo y tendido. Yo empiezo por preguntarme, ¿quién tiene instalado un artilugio de estos elude la vigilancia de los agentes de tráfico? A mí me parece que no, precisamente al contrario lo que hace es detectar la vigilancia de los agentes. La detecta pero no la elude, la vigilancia se hace efectiva unos metros después, solamente ocurre que en este caso el conductor cumplirá a rajatabla con las señales de la vía. ¿Qué se persigue con esta norma? Que el conductor modere su velocidad, hecho que ocurrirá, como digo, con toda seguridad si este va tan equipado, o simplemente multar. En mi opinión debían llenar las carreteras de detectores y permitir que los conductores pudieran llevar los más sofisticados detectores. El aparatejo estaría constantemente dando pitidos o como quiera que alarme. Luces rojas parpadeantes, una campana naranja e intermitente de luz de ambulancia en el salpicadero... el conductor al final lo apagaría molesto al igual que resolvería con una ventana mal cerrada.

En cualquier caso, quiero aclarar al respecto que yo no tengo un dispositivo de esos, desgraciadamente ni siquiera tengo coche. Y soy un firme partidario de cumplir las normas de tráfico, que son y están por algo. Sin necesidad de una espada de Damócles sobre el bolsillo. Si respetar esas normas nos hará conducir más seguros, si salvará vidas. Tendrá que ser razón suficiente.


Aún querría apuntar un último detalle. En relación a la última parte de la norma. También está prohibido señalizar a otros conductores la presencia de la policía o de los radares...
Quieren acabar con esa fraternidad que no se paga con dinero, esa solidaridad entre los extraños que se sienten de pronto hermanados, tan lejos el ánimo de las discusiones de tráfico, cuando algún otro te envía una ráfaga de luz que advierte:

-Anda con ojo amigo, más adelante te esperan por si pueden hincarte el diente. Pero hoy no lo harán. Yo te he salvado, y otro día lo harás tú, y si no es conmigo lo harás con otro, y quizá en este mundo sin casualidades ese otro un día me salve a mí.

Y tú un poco más tarde, tras rebasar el coche, generalmente de la guardia civil, tras comprobar que los guardias están a la derecha, cruzados de brazos por ahora, darías la vuelta para volver a buscar al amigo que circuló en sentido opuesto para abrazarlo. Para decirle que cuente contigo para lo que sea. Que llegado el caso, podrías vivir con un solo riñón.

martes, 15 de noviembre de 2005

Sin acuerdo

Caminaba el otro día por la calle y sin quererlo escucho a una anciana diciéndole a otra:

- El PP cuando se equivoca, lo admite.

Ellas venían de frente de forma que no pude, ni quise en realidad oír más. Sonreí y seguí avanzando. Me di cuenta instantáneamente que será imposible que estemos de acuerdo en todo. Yo en ese instante y en todos, habría sostenido justo lo contrario. De hecho aquellas dos mujeres me sorprendieron porque no era fácil, a priori, que encontraran una sola cuestión en que yo pudiera quedar tan disconforme. Nada en su apariencia antes de oírlas hacia presagiar que yo pudiera, hallar un solo motivo de amistosa discusión con ellas. La una explicando a la otra, haciendo campaña, la otra quien sabe si asintiendo o a punto de protestar con exhibición de una rosa con espinas y sonrisa ZP.

La verdad es que ninguno de ellos, esa clase política tan falta de clase, no importa el árbol al que arrimen, reconocerá sus fallos. Ni los propios ni los de sus mandos. Ni los de un tono ni los de otro. Tras el rojo de unas siglas o tras la estrenada corbata naranja se esconde lo mismo. Para qué hacerlo si entre sus acólitos no existe un mínimo espíritu crítico, si la política logró lealtades incondicionales que para si quisiera el amante abandonado en las noches de más inquieta desconfianza.

domingo, 13 de noviembre de 2005

20 años sin Omaira

En este weblog no tienen espacio las fotografías. Quizá porque es cierto que una imagen vale más que mil palabras y siendo así, entonces por qué escribir. Para qué llenar este espacio de pensamientos improvisos, bastaría con retratar este siglo XXI desde una cámara fotográfica. Se dirían más verdades.

Por eso, porque en este espacio mi opinión es la que cuenta se ha hecho hasta hoy una sola excepción. Fue en el aniversario del atentado de un funesto 11 de marzo en Madrid. Haré hoy una nueva. Cuando se cumplen 20 años de la desaparición de una chiquita de 13 años que tenía planes. La incompetencia de este mundo nunca quedó tan patente como en las horas de esperanza de Omaira. A los que vivimos aquello desde el televisor se nos partió el alma. Nada fue igual a partir de entonces. Yo escribí un relato en homenaje, hoy le cambiaría tantas cosas, pero el nuevo nacería del mismo sitio, del dolor, de la impotencia y de la rabia.

No hubo una mano salvadora.


Foto: El Mundo

miércoles, 9 de noviembre de 2005

Hablar para hablar

Cuando uno quiere hablar lo tiene sencillo, no necesita un flexo sobre la cara. Le basta con coger el teléfono, bajar la escalera o tocar a una puerta. Alguien atenderá, alguien dirá para que digas, la conversación entonces se precipita, es un toma y daca, un hoy por ti, mañana por mí. El problema aparece cuando se quiere hablar con alguien en particular, esa persona entre un millón y no se encuentra el modo.

Entonces el tiempo se detiene, los segundos se enzarzan unos con otros, se hacen la zancadilla y los minutos parecen un lapso demasiado largo. La vida entonces deja su frenesí de autopista sin límites de velocidad para dejarte a un lado, como al autoestopista que no rescató nadie. Como al mojón de carretera que nadie ve, que pudiera no estar. Fíjate; parece que todo se mueve excesivamente rápido, pero en realidad todo está detenido, tú eres quien se mueve.

Sin número que marcar hacia la voz, sin pasillos que recorrer, sin puntos de partida en el tiempo de descuento, ¿y ese hilo al que aferrarse?

En esos casos, cuando la comunicación se volvió imposible, cuando la tecnología no vendrá en tu ayuda, esta noche no, queda poco más que tener paciencia. Saber que habrá nuevas oportunidades, y que aunque uno quería hablar para hablar, podrá en cambio hablar por hablar porque es muy sencillo. Ni siquiera se necesitan dos personas, basta una sola y un espacio en blanco.

F(r)icción I

- ¿Cómo quieres gustarme si no te gustas tú?
- De mi físico cambiaría esto, esto y esto. Y esto otro también. De mi carácter cambiaría eso que me ocurre cuando estoy rodeado de gente, eso que soy capaz de decir cuando pierdo los nervios, eso otro que tanto te molestó. Cambiaría muchas cosas, muchas, pero me gusto, puedo jurártelo. Soy todo eso y mucho más. Lo importante para mí es saber que piensas tú.

lunes, 7 de noviembre de 2005

Estación: Esperanza

La vida es una montaña rusa. Solamente alguien que viva en una burbuja o en un búnker osará contradecirme. Y tan pronto uno se siento con el ánimo de un afluente sin agua como con la ilusión arrebatada de un río frente al mar, a algunos metros de la desembocadura misma, cuando se va a dar de bruces, de besos como el encuentro de los amantes que se perdieron de vista.

Hoy sé y me invade un alborozo que quisiera contagioso, que mi vida continuará, esencialmente igual, seguiré siendo protagonista insustituible ;), en Asturias desde el próximo día 12 de diciembre. Algo antes en verdad, pues tendré que indagar pensiones y hostales que me tengan la maleta mientras acudo a la formación básica imprescindible. Y fuera de ese horario, me van a sobrar las horas...


Que mis amigos conozcan que la noticia recibida hoy me hace muy feliz, que sientan esta alegría desbordante del que da los pasos en la dirección correcta.

Decía el otro día el sacerdote en la boda de mi amigo que ambos acababan una vida para comenzar otra juntos. Yo no estoy de acuerdo, simplemente le dan continuidad, sus vidas siguen siendo las mismas aunque determinados detalles hayan cambiado. Cada paso de los dados te lleva justamente a donde estás. Somos nada más que unos chicos remontando un río de piedra en piedra. De vez en cuando nos detenemos para mirar lo recorrido, el sendero que dejamos atrás, el último escalón que no quedó oculto por el follaje. Pero la remontada no es un ascenso, ni se sube ni se baja en realidad, solamente se avanza. La siguiente estación espera ahí, a un saltito de distancia.

Me escribía hace unos días un amigo mío, muy sabio por lector contumaz, "que sea para bien". Esa es la clave de cada decisión que se toma. La llave que abre una boca para nuevas sonrisas.

viernes, 4 de noviembre de 2005

Se nos casa

Se nos casa Javi Martínez y yo no puedo dejar de pensar ¡qué mayores nos estamos haciendo!

Lo cierto es que supongo que Dios los crea y ellos se juntan, no son mis amigos lo más casamenteros que podrían ser. Aquí no se casaba nadie. Hasta que Javi le dijo a Ana que era lo más importante de su vida, que sin ella la vida no merece ser vivida. Con estas palabras u otras similares.



Escriben en la invitación:

"Nuestro destino estaba escrito,
no podíamos acabar
de otra forma...
"

Es bello, aunque le niegue al hombre la libertad de escoger su propio destino. Aunque sustente que todo lo acontecido y aquello por acontecer responde a un guión previamente escrito, a una estrategia pre-diseñada que no hacemos sino representar en una fecha y hora preconcebidas. El hombre se encuentra predestinado, sin elección personal. Como un bote en medio del oleaje, como un actor sin respiro en su discurso.

Yo hubiera preferido un breve: "La ilusión nos mueve..." o aún más vivo, parece que palpita, di lo que sientes, dilo, dilo, dilo: "La ilusión nos conmueve..."


A Javi lo conozco desde hace, más o menos, 25 años. Es decir, desde que yo llevaba sandalias de goma con agujeritos, de esas que cubren todo el pie. Así que el traje de amigo mío le viene a medida. Porque yo soy de considerar amigo hasta al dependiente del supermercado que me dijo donde encontrar los lácteos. Lo otorgo indiscriminadamente, más aún que jueces y magistrados la presunción de inocencia. Hasta que me dan con la amistad en las narices. Por suerte no pasa a menudo. Y no me pasó nunca con Javi.

Es amigo excepcional, da su amistad sin fecha de caducidad, y Ana parece una chica estupenda. Este sábado les daré la enhorabuena y les intentaré convencer de que me lleven con ellos a Argentina en su viaje de novios. Por supuesto en habitaciones separadas, ella y yo en una, Javi portando las maletas en otra ;D ...


No aspiro a que Javi lea estas palabras que descuelgo por la ladera de este espacio. Sé que tiene tarifa plana, pero también que se acerca muy poquito a Internet. Quedarán aquí nada más como buenos deseos, cuando faltan apenas unas horas para el gran día. La verdad es que he ido a bodas que me importaban muy poco, que apenas me decían nada, bodas de compromiso en que apenas si traté a alguno de los contrayentes. Y esta en cambio me ilusiona, darle un buen abrazo a mi amigo por saber hacer tan bien las cosas.


Quizá en este caso ha existido algún tipo de confluencia de los astros, quizá fue el destino o darse cuenta de que jamás podrán estar mejor que mutuamente acompañados. Hechos el uno para el otro van a ser muy felices. Construyendo felicidad, día a día para llenar sus vidas.

jueves, 3 de noviembre de 2005

En respuesta

Lo bueno de un weblog es que uno puede hablar de lo que quiere, y de todo aquello contar solamente lo justo. Me vuelve a visitar mi amigo Salvador, conocido por el curso en este verano de SERVEF. Me firma el libro de visitas como debe hacer el mejor de los visitantes, un buen amigo. Me interroga allí por lo que callo, por lo que omito de la cena de las pulseras. Me pregunta si tendré redaños para contar algo más de lo ocurrido y sabe que no serán agallas lo que me haya de faltar. Que aunque procuro medir lo que digo, también me pasa que por abrir la bocaza luego voy de remordimiento en remordimiento. Y respecto a otras cosas, se dice más por lo que se calla. Yo tengo comprobado además que a veces las palabras no son suficiente. Que nacen con un destino, para cumplir su tarea pero se pierden, se vuelven extrañas al oído ajeno. Y si el mensaje no llega, ¿de qué sirven?

Comenta que todo eso de las pulseras le suena a despedida de soltero. Tiene razón. Pero estas cosas uno debe vivirlas por si mismo, no vale que le vengan con el cuento, no servirá de nada. A Salva se le echó de menos, necesitados como estábamos de un cara a cara, de sus chinas sin esconder la mano, como cuando compartíamos aula.

Habrá otras cenas, otras comidas y otras pulseras supongo. Espero verle entonces.

miércoles, 2 de noviembre de 2005

Días grises

Algunos días se tuercen tanto que resultan difíciles de entender. Hoy que inauguré melodía que acompañe mis propias lecturas de lo escrito, hoy que me puse en riesgo de caer preso por regalar música al visitante inesperado, me acostaré con todas las persianas echadas. Suspendido en el tono más bajo, arremetido, con el ánimo helado.

Decididamente cerrado por derribo.