viernes, 21 de diciembre de 2001

21/12/01 10:20

Andaba el otro día pensando en escribir sobre algo. Algo que se me metió en la cabeza y ahora no logro recordar. Ahora que tengo el teclado bajo los dedos, no me acuerdo.

Bueno, vuelvo a trabajar, que estoy echando tripa de tanta buena comida y tan poco disgusto. Será en el antiguo Mark & Spencer (hoy remozado Corte Inglés), en la sección de confección, para medirles la pernera, de cuclillas, a tipos con mucho más dinero que yo (jeje), y menos envidia de cosas materiales (ambiciona cosas de mayor calidad el que tiene que el que no).

Va a ser un lío, a mi que no me cuadran las cuentas casi nunca, el cambio de euros a pesetas, no me extrañaría que en el canje me aparecieran entra las manos billetes nuevos y relucientes de Monopoly.

El caso es que me pasearé hecho un traje, yo que siempre pensé que llevar traje antes de los cuarenta era ir disfrazado. Pero no me falta voluntad de hacer las cosas bien, y haré cuanto esté en mi mano para que se vendan mil trajes más caros que el mío (que es discreto aunque a mi medida). Uno quiere la estabilidad de un sueldo, y no negaré que me hace ilusión esa nueva labor. Podré darme los mismos caprichos que me doy ahora, pero mi cuenta volverá a ser un peaje de dos sentidos, que si bien a veces anda de rebajas, a final de mes tiene buenas noticias.

sábado, 8 de diciembre de 2001

8/12/01 13:47

Yo quería tener un Macintosh, uno de esos ordenadores Apple tan pijos, que tienen los que tienen, de una cosa y otra, de todo. Yo lo quería para parecerme más a ellos, y porqué no admitirlo, después de trabajar con ellos tanto tiempo, encandilado como estaba de su diseño y sistema, también porque pensaba que era lo mejor. ¿Y uno se merece lo mejor no?

Pero uno no puede siempre acceder a lo mejor, se queda en el camino, termina por pensar que no debe, puede, demandarlo, lo mejor queda para otros, y casi siempre lo que uno tiene, por el hecho de tenerlo y por la constante evolución de uno mismo y de las cosas, se ha devaluado al poco tiempo. Hemos de renunciar a mucho, vivimos en la renuncia, pero la renuncia que decidimos es libertad, la renuncia impuesta es morir un poco, es golpearse contra el techo. Es reconocer que la libertad de uno, lo que uno quiere sin lograrlo, es el cuento de niños, con altibajos en el nudo, pero sin final feliz.

No obstante uno se conforma, no puede hacer más. Yo quería un Mac y no lo tengo, pero que quede claro, pude comprármelo, y si no lo hice fue porque no quise. Porque en la balanza que conforma las decisiones más acertadas, decidí que no.

viernes, 7 de diciembre de 2001

7/12/01 10:22

En veinte días poco más o menos, este sitio y los desvaríos que he descargado en él, cumplirán 1 año. 1 año que ha dado para mucho o poco según se mire. Desde luego si algo está claro, es que esto, Internet se me ha hecho imprescindible. Me ha dotado de una sensación de libertad que antes no tenía, y como se sabe, la sensación de libertad es lo más cercano que podemos estar de la libertad verdadera.

Se nos acaba el año, afianzados ya con los dos pies en el nuevo milenio, repleto de guerras y de desconfianzas, la paranoia tiene el control de nuestras vidas, no por otra cosa, que porque a ella no escapa nadie. A mi me pirran los polvorones y los mantecados, espero comerme muchos estas fiestas, y espero que en mi próximo viaje a la nieve de los Pirineos ¡Ya queda menos! sepa recordar como rodar sin lastimarme.



Una recomendación:

"You're The First, The Last, My Everything" de Barry White.

Yo la regalo en Morpheus. :))

martes, 4 de diciembre de 2001

4/12/01 10:35

Ayer mi novia fue a sacar dinerito del banco, y el cajero, un despiste, le dio las veinte mil pesetas (nunca saca tanto ;)) sin registrárselas en la cartilla, de forma que eran 20.000 pesetas digamos que gratuitas. 20.000 que no se descontarían de su cuenta, 20.000 en mano y en caliente, tangibles que no merman, que aparecen de la nada, y que tendrán que salir de otra cuenta que no es la suya. Sin embargo, a la novia, a la mía, la hemos educado en la decencia, en "el no coger lo que no nos corresponde" y le faltó tiempo para volver el camino andado, asomar la cabecita de nuevo a la ventanilla para deshacer el despiste, eso sí, a costa de ser un poquito más pobre, y más buena.

miércoles, 14 de noviembre de 2001

14/11/01 16:02

Hace casi cuatro meses que no digo, aunque sigo vivo, por supuesto. Sin embargo, en este plazo, ... ¡cómo han cambiado las cosas!

Las mías, el mundo en general. Cómo ha cambiado el mundo. Qué miedo da pensar en el futuro. Cuando las cosas no podían ponerse peor, se ponen, vaya si se ponen.

Yo he dejado el polo rojo por dejarme crecer la barba. Hasta que me llegue el momento de cortarla de nuevo. He sido animado por un excelente escritor, José Luis Sampedro por el sendero éste de la literatura que si bien no me ha de dar de comer, me ha hecho crecer como persona.

Ha vuelto el frío, este año hiela más. En Afganistán no sólo derriban las balas figuras de piedra, ahora se masacran talibanes que por lo demás son trogloditas viviendo una cultura de la edad media. Les están bombardeando los americanos con sus misiles última generación. El un lucha desigual, el futuro del armamento contra el mosquetón de hace siglos. Luego lanzan bocadillos, bocadillos que caen sobre cadáveres y escombros. La alianza del norte tomó ayer Kabul, (¡existe alguien que no haya oído hablar de Kabul y hace 3 meses no sabíamos si existía!) los aliados han tomado la ciudad y han ajusticiado a los talibanes heridos, he visto una imágenes en el diario, espantan, lo fusilan tumbado en el suelo, cerca, cerca de una Nikon como la de mi amigo Fermín. Éstos no son mejores que los que estaban. Se nos agotan las palabras.



Si has venido dímelo, firma mi librito de visitas, que después de todo, si lees tanto como digo, diatribas pasajeras, quisiera ponerte un nombre.

jueves, 19 de julio de 2001

19/07/01 0:31

Vivimos en un mundo de peligros. En un mundo peligroso.

miércoles, 11 de julio de 2001

11/07/01 18:54

ETA ha vuelto a matar. Dando a la realidad dosis de irrealidad, dando a la irrealidad de la vida, dosis de realidad. Todo se vuelve relativo cuando la muerte. La muerte es la sombra que se esconde tras el telón, la vida es una ficción de cara a los focos, es el aplauso y es el reproche de un escenario repleto de público que te mira, reconcentrado en ti mismo, y desenvuelto en los otros. La muerte se agazapa, pero no se esconde, mira tu actuación y ríe muchas veces, porque la seriedad es ella, todo lo demás entretenimiento, un pasatiempo vital, entretanto hay escena, y eres protagonista.

Luis Ortiz tiene nombre de muerto cuando debía seguir vivo. Una bomba asesina, que no tiene otra función que destruir, lo cogió de lleno evacuando a los vecinos de la bomba. En la calle todo estaba en orden menos un Peugeot 205, robado y cargado de explosivo asesino. Ese coche no tenía que estar ahí, sino en el apacible garaje o solitaria calle de un ciudadano de Madrid.

Me gusta plagar este espacio de mis letras, que son letra fácil, espontánea al momento de la redacción, sin revisiones posteriores, sin variar una coma. Es un rincón mío, paradójicamente abierto al mundo universal de Internet. Para que me puedan encontrar ojos despistados, que sin buscarme, me hallaron. Y a ellos me dirijo, para gritar lo que dijo Gandhi, "no hay caminos para la paz, la paz es el camino". Si partiéramos de premisas tan sencillas, nos rodarían mejor las cosas.

miércoles, 27 de junio de 2001

27/06/01 19:09

Ayer fue el día del debate sobre el estado de la nación. Hay que ver lo blandito que es el tal Rodriguez Zapatero. Pero es que no le conviene hacer demasiado ruido tras el apaño de Vera y Barrionuevo. Con arreglos así, tan ventajosos, es imposible hacer oposición. Parece en todo momento, que le deben favores al gobierno. Y es verdad, se los deben, pues el gobierno, en el mismo trámite de contentar a la supuesta oposición, perdió dignidad, y reconoce que quizá la justicia se equivoca, o que algunos no merecen la justicia de la mayoría.

Mientras tanto, naufragan cientos de pateras por arribar a España. Hay que ver que mérito más bueno tengo de haber nacido aquí y no unos kilómetros entrado en Africa. A mi no me pueden echar. Y es que los españoles somos así, hacemos méritos incluso sin quererlo. Somos europeos sin pretenderlo. Cuánta pobreza en el mundo y no damos gracias, gracias gracias. Miramos a Rivaldo morados de envidia porque gana tanto dinero que no lo podrá gastar todo.

Hay que contentarse, sin perder unas mínimas aspiraciones.

domingo, 24 de junio de 2001

24/06/01 18:22

Mañana empiezo mis vacaciones, y me siento como si fuera rico. Como si me hubiera tocado al primitiva o poco menos. Y es que de repente me veo inundado de tiempo, tanto que casi me da por pensar que no sabré que hacer con él. Pero no lo pienso. Parece una bolsa llena, y como está por venir, eterna. Soy rico de minutos para lo que quiera.

Soy muy afortunado, no tiene nada que ver con lo anterior, ni siquiera con todo lo que llevo escrito en esta hoja interminable. Es una percepción de agradecer. Soy afortunado por otras mil razones. No las detallaré pese a conocer algunas.

Ana Torroja tiene su carrera cantante en solitario, y tiene en la voz algo que conmueve. No es la fama.

Para famas la mía, esta noche leerán aquí, en primicia para toda España, que está muy ocupada con Gran Hermano, en M80 Radio, un relato mío, que por más señas no es nada del otro mundo, y que confeccioné hará cerca de dos años, cuando era, a mi parecer, peor escribiente. Así que España, no se pierde nada, aunque a mi me parezca que ver la funesta telenovela con visillos de realidad es casi peor que escuchar mi historia no demasiado inspirada.

Cada uno es dueño de su tiempo, y yo hoy puedo decir, eúforico, que estoy con la impresión de que me sobrara.

sábado, 23 de junio de 2001

23/06/01 17:54

Llevo algún tiempo sin venir por aquí. Sin despotricar contra el mundo, o al menos enfilar el mundo desde mi propio prisma. El caso es que recién levantado me vienen ideas, todas funestas. Ideas que debieran tener conveniente traslado a este espacio, pero que se me olvidan, de manera que esa, mi venganza personal, la imposibilidad de callarme y de que me callen, se ve postergada por el olvido y el quehacer cotidiano. Que por otro lado, obliga a un olvido tránsitorio al principio, luego inevitable, para estar centrado en las tareas del ayer y el hoy. Por eso, por el día a día, he perdido algunas amistades, que ya no son más que números extraños en mi teléfono móvil.

Qué atroz es la realidad. Nos desayunamos con catástrofes, pero no nos importan demasiado. Nos hemos acostumbrado. Lo más nos escandaliza. Pero luego, en el trato de lo continuo, la vida se nos vuelve remanso.

Recuerdo una mañana lejana; se encendió la radio en su función de despertador, con la noticia de que un chico gallego había sido secuestrado paseando por la calle, e introducido a golpes en el maletero de un coche. Parece ser que le iban a prender fuego dentro del vehículo. Por suerte el chico pudo llamar con su teléfono, y la policia que no solamente multa por multar, acudió. A esos energúmenos los detuvieron, (imagino que ya deben andar por ahí, proyectando nuevas estrategias), pero la historia, real como la vida misma, me aterró en la duermevela de la cama, que ese día no quería despertar. Agarré fuerte las sábanas, y me hubiera cambiado de planeta...

lunes, 4 de junio de 2001

4/06/01 21:34

Hay cosas casi imposibles. No digo que hay cosas imposibles, eso lo sabe todo el mundo. Es tan obvio, que poner ejemplos, me haría pasar por estúpido. Y la verdad es que no me importaría pasar por estúpido a veces si eso me ahorra problemas. La mayoría de los estúpidos sorprenden. Y todos sin excepción son más sorprendentes que los geniecillos, ¡qué listo me salió el niño! Clavado a mí. Pues de la persona inteligente se aguarda una rápida solución los enigmas, y la solución por esperada, deja de ser sorprendente. Sin embargo, ay del tonto que defrauda muchas veces, que esquiva esperanzas distintas al fracaso, pues más tarde o más temprano, te dejará con un palmo de narices. Ya sea por una rara habilidad, desconocida, o por el encanto de la estupidez, que tiende a parecer menos peligrosa y más digna de confianza, de manera que...

¡vaya sorpresa!

el estúpido me tomó el pelo como a un enano, o mejor dicho, como a un estúpido. Y yo que pensé que el estúpido era él. (De hecho él también lo era)

No hay quien no tenga una dosis de estupidez. Nadie que se aferre a una idea, sin discusión. Nadie en este mundo de locos, es ajeno a la estupidez, ahora bien, es cierto que mejor ser estúpido en pequeño grado. No ser un gran estúpido (afamado estúpido tiene sus ventajas), mejor ser un estúpido mediano, pero auto consciente de la propia estupidez. Conocedor profundo de miserias propias.



Hay cosas casi imposibles. Por ejemplo, que yo mejore mi caligrafía, tengo una letra terrible. Una amiga la llamaba letruja. "Menuda letruja". La arrastro por el papel cada vez que tengo que escribir. Hay cosas casi imposibles...

Por ejemplo, cumplir todos los sueños. Así se cumpla alguno. Uno no más...

jueves, 31 de mayo de 2001

31/05/01 22:29

Yo debo ser bastante gelipuertas. Porque no me entra en la cabeza, de ninguna de las maneras que dos secuestradores salgan de la cárcel a las nueve horas cuando entraron para cumplir tres años.

Debo ser gelipuertas perdido, que no entiendo que mierda de justicia es esa que no ha terminado de pagar al secuestrado la indemnización que se fijó como compensación (por ser secuestrado en condiciones infrahumanas), no entiendo que dos cabrones que por su trabajo debían perseguir que no se dieran secuestros, secuestraran con el dinero de los españoles y pagaran con ese dinero a mercenarios que han recibido penas severas de cárcel. El último ayer mismo, un camionero de los GAL que ha sido condenado a 67 años. Mientras sus jefes, a los jefes de todo el tinglado, no les crecía la barba entre la entrada y la salida. Los mandados tope de años, y los jefecillos marchantes de montura de metal, unas horitas que no dan para mediar un libro. Y aún uno de ellos, se indignaba por sentirse humillado.



Un diputado del PSOE, un artista vamos, decía que llegó la tranquilidad, pues con esto, el tema queda definitivamente zanjado. Un poco de revuelo sí, pero en dos días se olvida. A quien no se le va a olvidar es a Segundo Marey, secuestrado por error, y que apura la vida en algún hospital, muy deteriorado por la vejez y las secuelas de un secuestro que se remonta a 1983. Debe andar si me muero, no me muero. Yo que él, le prendía fuego a la Audiencia torticera.

Pero al populacho, a la gente de este país sí se le olvida, tiene razón. A la gente le importa un cuerno, que la justicia sea una bazofia inmunda, y que cuando se castiga con dulzura al culpable, por su importancia, se le atenúe aún más la pena con arreglos políticos entre los partidos más votados del país. A la gente le importa un huevo que Don Aznar acuerde con el señor X, unas cuantas, muchas, ayudas redentoras, le importa un huevo que la política dé verdadero asco.



¿Cuál es la valoración de los líderes de este país?

¡Qué ganas de votar me entran!




Tenemos fútbol, y yo tan gelipuertas que igual me busco un lío escribiendo estas cosas. Que se lo digan al chaval de los veinte pavos en la cabina telefónica, que pasó 15 días a la sombra, nada más que por cogerlos.



Me muero por secuestrar a alguien.

miércoles, 30 de mayo de 2001

30/05/01 21:42

Vengo en el autobús, y vengo mirando un Jaguar a nuestra altura, a la del autobús. Viajar en autobús cuesta 130 pesetas, si compras un bono de 10 viajes, cada uno sale por 74 pesetas. Todavía recuerdo cuando el billete ordinario costaba 60 pesetas. De eso hace ya algunos años.

Venía mirando el Jaguar y pensaba que yo tendré uno igual quizá nunca, o quizá más tarde, y me da que voy sintiendo envidia del éxito, que no de conducir un Jaguar, puesto que de algún modo extraño, entre el espacio que separa la ventana del autocar que me lleva, del flamante automóvil, se diluye la gran diferencia entre nosotros. Me siento muy por encima de caprichos tan evidentes. Oigo música en mi discman, y de alguna manera, bajo los acordes de Enya, absuelvo al conductor, y me elevo más aún por encima suyo. Como si en vez de viajar en un autocar municipal, lo hiciera en un helicóptero o en una nube. Y quién atraviesa el mundo en una nube, como va a cambiarla por un coche, aunque sea un Jaguar.

Pero al fin, el éxito se mide por el tesoro de la tierra, por tanto dinero como seas capaz de acumular. Aunque ya lo anticipo y no te descubro el Olimpo, te pongas como te pongas, el dinero se queda aquí. No irá contigo más allá del polo ártico como mucho, y en sueños...

¿quién no necesita dormir?

Tampoco te acompaña. Aunque eso sí, podrá hacer que tus pesadillas se den en una situación inmejorable. En un mullido y sudoroso colchón de primera calidad. Que sigue siendo mejor que tener pesadillas en un banco del parque, bajo un montón de cartones, o cobijado en un cajero automático, tan cerca del dinero, cabeza contra la pared y desarrapado.

Los muy ricos tendrían que tener pesadillas a menudo, y los muy pobres, tener felices sueños todas las noches, para compensar los unos, la desigualdad de los otros. De manera que unos y otros, vivieran una felicidad relativa a partes iguales. Aunque ya se sabe que no todos los ricos son felices, ni todos los muy pobres son desgraciados. Pero tiene más delito la infelicidad del rico que la del pobre.

Yo desde luego, entre unos y otros, prefiero el dinero en el banco, y somníferos al acostarme. Pero está difícil.

domingo, 27 de mayo de 2001

27/05/01

Hoy ando con la cabeza confusa. Con algunos recuerdos removidos. Ha pasado el tiempo, y la vida no es más que eso, se resume en eso, es como pensé y me dije orgulloso, no más que un saco de años. Algunas esperanzas con fecha de caducidad, en el frigorífico de la paciencia. A veces me dicen sí, y a veces me llevo negativas. Que no encajo bien, aunque sepa disimularlo. Que a fin de cuentas, importan poco. Lo importante es estar. Estar y ser con los tuyos, sin faltas.

El día a día se vuelve anodino. Pero quiero días repetidos todos, iguales los unos a los otros, por no llevarme malas noticias.

Jomai, niña recupérate pronto para nosotros. Da una lección a médicos, y vuelve a bajar con tu toalla naranja a la playa que compartimos, para que me pueda meter contigo, por no renovar toallas en tantos años. Cuento contigo para nadar mil largos de piscina este verano. Niña, mucho años de estudio para ser médico, eres fuerte. Yo no sería capaz de constancia tan grande. Siempre me faltó memoria e inteligencia. Tú eres distinta, te sobran agallas.

sábado, 26 de mayo de 2001

26/05/01 19:46

Estos días he estado sondeando el mercado del empleo, y no es que yo esté parado, más bien todo lo contrario, ya no tengo tiempo para nada. Pero es que me han metido a técnico, a mí que soy más bien manazas, aunque de intenciones sin tacha, y es que reparar equipos con mis propias manos es una idea atrayente. Yo modelador de la perfección de un aparato que gracias a mi habilidad funciona. Sin duda, es una forma de buen hacer. Pero no va a ser tanto esto, como tener que tratar telefónicamente y en persona, con clientes impacientes que quisieran resuelto el problema, para ya so pena de llamar todos los días con la misma gaita. Y eso me gusta menos. Pues la solución de lo de cada uno, no depende de mí, sino de mi compañero, que sí es técnico. De manera que yo solamente me convierto en intermediario para que no le molesten.

Así que he barajado la posibilidad de dar la paliza en alguna de las formidables editoriales de este país, para saber si tienen un huequito para mí. Quepo en cualquier parte, y me conformo con poco. Un rato cada día para leer y para escribir. Un rato para Sabina y otro para mi novia, que es la chiquita que recoge las entradas en el zoo. Es pequeñita y preciosa. Eso sí, licenciada en Derecho, suspira por una oposición que de entrada tampoco le resolverá la vida.

Hoy me tomé un aperitivo con un buen amigo de la infancia, que es amigo mío año tras año, y con el que he nadado muchas piscinas, ida y vuelta. Y me he dejado olvidado el currículo en una revista del bar, donde un obrero de pensamientos elevados, nos estuvo contando, y a mí con mayor énfasis acerca de la música que hay que sentirla, y demás. Que la gente colecciona por dar paz al espíritu, y que es capaz de pasar calamidades económicas, o molerse el espinazo en el trabajo por mantener esas aficiones. Un vino excelente, a cambio de no probar bocado.

Llevaba la camisa abierta y el pelo largo, bigote y los dientes podridos. Pero nos ilustraba sin venir a cuento, solo porque asentimos a su primera intervención, "uno no se puede fiar ni de sus hermanos", nos cuenta, sonríe y nosotros asentimos.

De ahí a la lección magistral, ni un paso. Si yo las doy, cualquiera puede.

jueves, 24 de mayo de 2001

24/05/01 21:25

E.T.A ha vuelto a matar. Una mujer iraní, ha sido lapidada por ser mujer que actuó en películas pornográficas hace 8 años.

Los terroristas han matado a uno de los directores de un diario vasco, por lo más el de mayor tirada de Guipúzcoa. A ella, fundamentalistas la encontraron tras observar que en una de las escenas, marginalmente aparecía un contador de electricidad. Suficiente para conseguir mediante perseverantes pesquisas, un resultado.

A él lo encontraron culpable, los amantes del terror, de no estar con ellos en su paranoia. Por no decir las palabras que ellos quieren oír. Por no quererlas escribir. Para amedrentar y hacer oír sus pistolas, que son su razón. Lo encontraron fácilmente, desarmado e indefenso, cerca de un geriátrico de gente que cumplirá más años que él.

A ella la enterraron hasta las axilas, y la apedrearon hasta morir. Cansados los brazos de los verdugos, de tirar tanta piedra. Si emerge del entierro se salva. ¿Una posibilidad entre cuántas?

Me hubiera gustado que las balas le hubieran rebotado, que hubieran sido lanzadas contra el agresor con la fuerza de un globo de aire, para que se dieran cuenta, que muerto él, nada cambia, nada se consigue. Lo mismo que si hubiese seguido vivo. Nada de esto es necesario. ¿Habrán ojos que se abran?.

Hace dos años, en otro lapidación, la muchedumbre que lo presenciaba, decidió que aquello era intolerable, y subieron las mangas de sus camisas, para arrojar idéntico tratamiento a esos verdugos y jueces, que hallan culpas en lo ajeno, cuando están podridos de su particular justicia.



Y yo me quejo a veces de haber tenido un día malo.

Quiero ser eterno, y no tener miedo nunca.

viernes, 18 de mayo de 2001

18/05/01 15:50

Esta tarde descanso, a costa eso sí, de trabajar mañana por la mañana. ¿Quién quiere importunar a un pobre comercial de camisa roja, gruesa ahora que viene el verano a pasos agigantados? Alguien habrá, y yo lo atenderé gustoso, aunque me hallara con más gusto, digamos que veinte kilómetros hacia la playa. Con lo pies metidos en la arena movediza, donde comienza el mar a asomar tímida pero indefectiblemente.

Parece que los conspiradores Vera y Barrionuevo, o en otro orden si nos atenemos a su importancia, van a volver por el presidio. Con lo que gusta oye, a media tarde bajarse a la cafetería a charlar con un amigo. Y es que quien hace las cosas torcidas, le quedan torcidas. Que no siempre hay alguien enmendándonos la plana. Y que conste que lo lamento, al menos en lo que a mi me atañe. Sé que no siempre me ayudarán, y me mostraré a veces, despistado refulgente como soy.

En Euskadi, triunfó la democracia, y a Mayor Oreja se le quedó la cara, clavadita, mismamente idéntica a la de José María Aznar al comprobar su resultado.

Es que, hasta los niños de 2 añitos, saben que mejor se está en el entendimiento que en el enfrentamiento. Ahora le toca a Ibarretxe la reválida, pero no una reválida como las que yo enfrenté en otro tiempo, en las que me jugué nada más que mi suerte. Que era mucho. Ibarretxe tiene enfrente la reválida de una sociedad que quiere vivir bien y sin bombas. Dejando a la madre naturaleza o a los designios fundados o no de un Dios sobrenatural, las cuestiones que incumben a la muerte y sus circunstancias.

Por lo que a mi respecta, no puedo desear más que la paz, pues enamorado de Euskadi, y antes incluso de conocerlo conscientemente, supe que los errores muchas veces importan poco, si no han de repetirse.

martes, 15 de mayo de 2001

15/05/01 21:46

Hoy estuve todo el día fuera. Fuera de casa, donde siempre querré volver.

La casa propia es como un refugio cercano. Porque para cada uno, es marco sin puerta. No tiene cerraduras. Es territorio conocido, ajeno a sorpresas.

En casa estoy a gusto. En dos minutos me veo cenando.

lunes, 14 de mayo de 2001

14/05/01

Vengo en el autobús, y veo a Miroslav Djukic, que se vino de la antigua Yugoslavia a jugar al fútbol, y en el mismo plazo, a llenarse los bolsillos de dinero que puede gastar, lo mismo aquí, que allí, que en Tegucigalpa. Estaba cerrando un Mercedes molón, y luego ha cruzado la calzada detrás de quien bien podría ser su representante, osease alguien mayor que él, y negado para el fútbol, pero que se enriquece especulando y murmurando en los oídos que tocan. Han cruzado ambos, primero el fondoncete representante, luego él hecho un armario. Deportista de élite, que cruza lejos del paso de peatones, con una carrera mojigata, como si no supiera correr, repisando con sus zapatos marrones, de diseño italiano. Iban, quién sabe dónde. Quizá al banco, a confirmar que la última nómina lleva los ceros debidos.

El caso, es que yo he continuado viaje en el rojo autobús de línea, y me he venido donde vivo. Cerca, muy cerca de Mestalla. (De tan cerca me abraso).

Y estaban los aledaños llenos de un populacho festivo que suspira por entradas para el fútbol. Llevan ahí acampados con sillas de playa todo el día. ¿Qué aquí nadie trabaja?

No, pues están todo el día, charlando y suspirando por la Champions o por la liga. Es un sentimiento, mira, que llevo aquí dentro.

La mayoría, dueña de sueldos, si los hay, medianos. Esperando horas y horas, por ver a los jugadores, que reciben 30 entradas por cabeza, y que ganan en un año, lo que la mayoría en 100. Año tras año.

Me estoy haciendo viejo.

Aunque no vayan a vivir para juntar tanto.

Ahora, cuando son masa le pueden gritar "cabrón".

No puedo ser más mitómano.

domingo, 13 de mayo de 2001

13/05/01 00:34

Estoy cansado, ha sido un día largo. Ahora escuchaba la radio, "El larguero", programa que reúne a unos cuántos iluminados, que se las dan de grandes oradores, y aburren a las ovejas con seudo descripciones. Fijándose bien en la noche cerrada y demás "gelipolleces", Alcalá y otros tantos, menudos elementos. Lama, Rincón, sus cuentas corrientes están a un punto de estallar. Casi como mis oídos.

Capítulo aparte merece el tal Emilio Pérez de Rozas, camina lejos de la ecuanimidad, porque lleva tatuada la piel de azulgrana, y grazna como un pato, despotricando todo el tiempo, con una voz desagradable, y pese a todo radiofónica.

La Cope es peor, tiene en plantilla al rústico Andujar Oliver, que siendo arbitro era más tarjetero que las máquinas expendedoras, supongo que para hacer respetar su corta estatura en el prado de multimillonarios. Pero las cosas le han ido de bien a mejor, ahora le pagan un buen sueldo (múltiplo muchas veces del mío, seguro) por hablar, aunque diste tanto de ser académico como su nómina de la mía. No hay norma escrita que no descoyunte en su uso, confunde la semántica, la conjugación verbal, es una verdadera lacra para la palabra. Para la oración y para el sufrido diccionario. Lo digo sin ambages, yo soy mucho mejor hablando, soy un comunicador mucho más convincente, y no machacó el idioma nuestro, entrañable por la Ñ, constantemente. Fallo en otras cosas.

Pero yo estoy llamado a la paciencia y a la quiniela que parece se retrasa. Será cuestión seguir jugando, o esperar que por una de aquellas, la Cope o la Ser, me encuentren aquí, en estas líneas.

Las posibilidades de una y otra cosa, vienen a resultar las mismas.

sábado, 12 de mayo de 2001

12/05/01 17:47

Ha vuelto el calor. Andaba con un amigo esta mañana, y es que al sol no se puede estar. Nos hemos puesto en Mayo, casi sin darnos cuenta. En mi caso, casi sin haber perdido el tiempo; cada vez con menos tiempo libre. Vaya, dentro de menos de lo que te piensas estamos despidiendo el año, y ganándole al carné de identidad otro. Nos vamos, rezongada pero inevitablemente haciendo viejitos.

No es mala esta Janet Jackson, y como está...

Muy buenas, sí señor. Dijo al entrar. ;)

sábado, 5 de mayo de 2001

5/05/01 17:00

Estaba viendo la televisión y he visto el nuevo anuncio de nuestras fuerzas armadas. ¡Qué oportunidad! Hacerse militar y poder vestir el uniforme de camuflaje. Pasear por mi ciudad confundiéndome con los semáforos y las fachadas. Con la gorra prieta, y con afán de dar ordenes, aunque como todo empieza por el principio, supongo que eso de poder dar ordenes se te viene con el tiempo, y yo más bien estaría para cumplirlas, o no. Porque la verdad es que a mi me falta disciplina, y a ratos tengo un mal aire, y me peleo con el mundo, que no resuelve nada. Y a ratos me quedo con las ganas de mandar a tomar viento a más de uno y a más de una. Así que yo no puedo ser militar, porque no podría contenerme. Mandaría a mi sargento a la m i e r d a, envuelto en banderas y en medallas, más que nada porque pocas veces me apetecería hacer lo que me diga. Y quien manda al sargento manda al coronel, que no soy de los que hace distingos personales.

Ya me imagino al coronel riéndole las gracias como un pelele al ministro de turno. Y el ministro dando palmaditas en la espalda del voceras.

No seré militar, no. Los que llevan pistolas terminan "loqueando" lo mismo que los que no las tenemos. Pero ellos son más peligrosos.

lunes, 30 de abril de 2001

30/04/01 13:10

Tengo yo una admiración muy buena por Joaquín Sabina. Algunos ya lo saben, porque opiné sobre él donde se opina. Pero para los otros, si los hay, lo expongo aquí, nada más que para que lo sepan. Como parece que, equivocadamente seguro, alguno llegó de lejos a encontrarse esta página, quiero que le conste, porque que me guste es cosa que me produce cierto orgullo. Ahí van unas letras suyas, magníficas, que ojalá se me hubieran ocurrido a mí:

"Quién sangra por domás pecado hubiere,
quién me cambia por tul desilusión,
quién sazona el amor con alfileres,
quién me descorazona el corazón,
quién quema relicarios, tilas, naves,
quien alquila mujeres de alquiler,
quién ha sacado copia de la llave de los secretos, de mi secreter,

quién oxida el limón de las campanas,
quién se sabe perdido cuando gana;
¿quién me ha metido el dedo en la nariz?
quién roba silba, reza desayuna,
quién planta girasoles en la luna,
quién coño, me ha robado el mes de Abril."

martes, 24 de abril de 2001

24/04/01 23:29

Yo me pregunto a veces,

¿dónde me llevará esta vocación mía por escribir?

Juro de verdad, que la literatura me ha hecho sentir bien. Especial en un universo que me tiene como sujeto finito y limitado, desmemoriado e insignificante pero especial (soy yo ni más ni menos, irrenunciablemente yo y distinto a los demás). Pensé que a quién le importa que yo escriba aquí o allá (que también lo hago), en qué repercute que no me lea casi nadie, aunque quien me lee importa y mucho. Porque la esperanza que es lo último que se pierde, y por las canas del vecino que no vi cortar, sino arrimar al éxito íntimo de sentirse bien consigo mismo. Me concedo una prórroga nueva para ver cuando mejoro y cuánto. Por esa satisfacción que vendrá a no tardar.

lunes, 23 de abril de 2001

23/04/01 16:09

Alguna vez he abundado en ello, y es que me parece que con los años, se nos fijan obsesiones, que sin ser peligrosas, nos hacen volver la cara siempre hacia el mismo sitio. Hacia los mismos recuerdos, que son paradas de metro solitarias, pues el recuerdo compartido, no es idéntica rememoración, porque la percepción de lo externo es siempre individual, y los diferentes caracteres escogen secuencias distintas. La persona que te acompaña, mira la calle cuando tú la ventana. Y yo con el tiempo me asombro de la longitud de la vida, y de que el tiempo me pasa más rápido que a mis mayores. Y menos rápido, aunque me sobrino no lo sepa que a él, que en dos años ha doblado su tamaño. Sin embargo, he tenido la oportunidad de cruzarme por la acera con antiguos profesores. Con aquellos que hace nueve años me tenían confundido entre sus clases. Y ellos son los mismos, podría decirse que vistiendo incluso de la misma manera o idénticas ropas. Tienen el mismo rostro, el mismo cabello que es el mismo, absolutamente el mismo en volumen, aunque haya ahora más canas. Esos profesores que cuentan la misma historia de hace 9 años, porque el Renacimiento en este plazo no varió un ápice. Ni las ciencias naturales que son nada. La física y química que no necesito.

Aunque yo sí, yo soy distinto.

Las matemáticas son las mismas. El BUP era un paso obligado para hacerse mayores. Y aunque se esforzaban, entre negativos y positivos, reprimendas y dramas, entre días de orgullo y recreos, no nos enseñaron nada. Únicamente que el progreso, aunque pequeño se capitula, y que tras un escalón hay otro. Y la vida vista así desde fuera, no se concibe más que como un ejercicio de rutina. Yo quiero boca para contar cosas, aunque no quisiera que fueran siempre las mismas (las mismas son), porque ya me hallo cercado por determinadas obsesiones. Obsesiones de pacífico pacifista, que cuando no piensa en gris, piensa en verde. Aunque solamente se arrime al teclado o a la pluma (que no tengo) cuando hay música. Y termino siempre contando lo mismo con palabras que sin ser armas, son parecidas, son lo único que tengo.

miércoles, 18 de abril de 2001

18/04/01 15:43

Qué bueno el tiempo libre. Echo de menos la ladera aquella por la que caí corriendo. Hacía un día espléndido. La montaña era verde. Y sigue siendo verde en mi recuerdo. Sin la opacidad del olvido.

Me he recuperado a la vida. Vi recientemente pasar cerca la muerte que se lleva a otro. El autobús que me portaba, a mi portavoz de palabras, fue a embestir a un coche que por correr demasiado se fue a parar de repente, de la vida a la muerte hay tan poco. Salimos por las ventanas, quebrando los cristales, arrojándonos a la vía del tren por temor o miedo. El paisaje se llenó de ambulancias y policías. Con el autobús volcado sobre la vía, asesino.

Hablaré un día del miedo. Y nada tuvo que ver con aquello.

Pero me salvé, y conmigo lo que podré llegar a ser. Pero en mi tranquilidad, juro que no perdí los nervios, me he vuelto meditabundo. Y en mis pensamientos tengo cada vez más cosas claras, y una, la vida es el tiempo que pasamos. No quiero dinero infinito sino tiempo para mí y los míos, no quiero millares de billetes ni oportunidades de oro, pues lo más preciado que tengo y tendré es el tiempo que alquilo. Y que no se paga con dinero, sino viviendo.

Irrenunciablemente tengo que salir. Hay compromisos adquiridos que me arrebatan al discurrir. Si por mí fuera me quedaría...

sábado, 7 de abril de 2001

07/04/01 20:22

Supongo, y espero que no sea mucho suponer, que el resto del mundo no funciona como funciona mi país. Aunque decir que funciona es mucho decir.

El hombre es un ser muy dado a las calamidades y a los errores. Filosofando un poco podría decirse creado para vivir más cercano al fracaso que al éxito. Pues el éxito es lo pretendido desde la ilusión, y cuando se logra se reviste de una aureola de normalidad, después de todo no es más que lo esperable, lo esperado.

Sin embargo multitud de empresas se quedan a medias, o no salen como se pretende. De manera que hasta el individuo más afortunado convive forzosamente, de la cuchara a la boca, con el fracaso. Individual y silencioso a veces. El fracaso personal y mudo es menos fracaso. Los espectadores lo hacen más drama. Si fracasas al no llegar al metro, si no te salió bien lo que era tan fácil, mejor mantén la boca cerrada.

Yo quiero el éxito. Inevitablemente, es una pretensión lícita, aunque a veces me de risa el dinero de esos cuantos, que les da para aviones y portátiles de lujo. Esos tan ricos, con el porte del éxito, y sin embargo aullando de miedo en la noche, aferrados al dinero y al éxito, adictos todos ellos a la vida que llevan, y a la que acudirá la muerte, dama nocturna del día por venir, que no entiende de salas de espera.

Mi país se tambalea por sus resortes, que poco tienen que ver con la justicia. Aunque los apelliden así.

Un chico ha sido arrestado por hacerse con una moneda de 100 pesetas (medio dólar carajo), de una cabina telefónica. Ni siquiera está probado que lo hiciera con violencia inusitada. Pudiera ser que la cogiera al caer por el cuello de la cabina, previo suave empujón del pulsador. Pero esa moneda no le correspondía. No era suya. Si introduces 25 pesetas, y caen 100, ten por seguro que no es magia. Y que si la coges, ni se te ocurra, estarás a un paso de pisar la cárcel. Así fue, se le impuso una multa de 6000 pesetas, y por no poder pagarla, se le metió en una de nuestras modernas y apacibles cárceles, por un periodo de 15 días.

Poco más o menos el tiempo que pasó la cúpula socialista (unos tres meses), los señores Barrionuevo y Vera, uno de ellos ex ministro de interior, en presidio. Ambos por malversación de fondos públicos, de una cantidad supongo mayor que 100 pesetas, y secuestro. Y es que sus cabecitas pensantes, decidieron andar secuestrando. Que no es que esté muy bien visto, ni hecho, pero que no moja a quien más mandaba. Diputados y señores recibieron abrazos en la puerta de la cárcel por todo el PSOE. Y hoy, cuando la condena ha sido ratificada por el tribunal de tribunales, el Constitucional, ellos a pescar pescaditos en el río de la vida. Gorra en ristre y solecito bueno.

Una niña de trece años fue violada pistola en mano, por un fantoche de paisano, pero con una placa policial en el bolsillo. Y con otra cosa en los pantalones. Por poco tiempo. El caso es que se la sacó junto a la pistola, y la conminó con la educación que se supone en esta situación a mantener relaciones. Pues bien, esté sujeto ha sido detenido y se ha declarado probado su participación sexual. Pero señores, como resulta que la chiquilla en sus trece años, no era ajena a eso de la sexualidad, pues oye, que no es para tanto, así que se le atenúa la pena, y sanseacabó. Cosas más graves se ven. Malditos atascos.

Dicho lo dicho, en la tele Gran Hermano.

sábado, 24 de marzo de 2001

24/03/01 1:55

Ayer conocí la peor cara de Papa Noel. Lo más seguro es que no fuera él. No vi renos, ni iba de rojo entero hasta la borla. Pero tenía barba, y quizá por eso, cuando me acerqué sonriente lo tomé, equivocada y lamentablemente por quien no era.

Y aquel calco con barba de la ilusión de los niños, se tomó a mal mi sonrisa y algo se le removió en las tripas, alguna reacción gástrica, algo que se le subió por la garganta como petróleo ácido, cambiándole al rostro a una mueca, y a la vez el carácter apacible de la barba. Acorralado por algún complejo, alérgico a la risa, se enfureció de mi buen ánimo y mejor talante, y me gritó que le atendiera otra persona, con lo que a mi se me congeló la sangre en las venas, y casi de golpe, instantáneamente, dejé de creer en disfraces y reyes de oriente. Me quedé apesadumbrado, pues soy persona social que depende de su entorno, y sobre todo de un entorno favorable, pues al contrario me vuelvo taciturno y silencioso.

En la alegría soy protagonista y en la pena soy invisible.

Michael Jackson ha sido absuelto de la acusación de plagio de una canción, y es cosa curiosa, pues han venido a coincidir su liberación judicial de querellas, al menos de esa en particular, con la audición de ambas canciones por mi parte. Y yo que admiro mucho a Michael Jackson, y que he considerado además que es un genio, he venido a concluir, tras atenta comparación, que puede haber quedado demostrado que su canción no plagió a la del italiano, pero lo cierto y comprobable es que ambas se parecen como dos gotas de agua. Como dos canciones por momentos idénticas.

Dicho esto. Que otros fundamentos se necesitan para considerar que cada paso, mejor con pies de plomo. Y que casi todas las creencias se pueden poner en tela de juicio.

sábado, 17 de marzo de 2001

17/03/01 23:33

No es cuestión de pensarlo demasiado. No es cosa de dedicarle mucho rato. Pero algo habrá que se pueda hacer para sobrevivir a lo que viene. Algo que nos sobreviva. Yo lo he estado pensando, y desde luego no detenidamente, sino más bien al colocarme ante un folio en blanco, aunque a la vista está que ni es folio, ni es precisamente blanco. Más bien todo lo contrario ¿a ti qué te parece?

El caso, es que yo quiero venir en los sobrecitos de azucar de la facultad, para que los hombres doctos de mi tiempo, contemporáneos míos y los que vengan, me tengan por alguien más inteligente de lo que soy en realidad, de lo que fui. Que me lean atentamente entretenidos en endulzarse el café, que es bebida que no pasará de moda. Y cavilando sobre ello, me he dicho que celebridad dejaré yo para la historia, y quizá a no ser que el futuro me tenga reservado algo mejor, de tantas tonterías como digo, por ahora me tengo que agarrar a lo que sea, e ir buscando contactos en empresas de envasado españolas, para que me escriban en cursiva:

Moscas del calor de la mañana,

se vuelve gris con una nube.

Ciertamente no es gran cosa, pero no seré yo quien fije mis límites. ;)

domingo, 11 de marzo de 2001

11/03/01 11:53

Tengo un colega que busca el éxito. Intuye cual puede ser el camino, pero no lo alcanza, quizá porque solamente comenzar a andarlo cuesta ya, de partida, demasiado trabajo.

Mientras todo esto ocurre, el tiempo lo condiciona, lo trata, lo modela. En definitiva lo dota de paciencia. Paciencia para esperar que ese trayecto sea alguna vez cinta transportadora, aunque no lo vaya a ser, la paciencia se agradece.

Los terroristas atentan, matan. Si este es mi altavoz al mundo, si estas letras se pueden leer en Veracruz, dejaré escritas que a los asesinos de ETA, les importa muy poco la vida de sus víctimas, aunque todas sean inocentes. Aunque en el destrozo de la última bomba se llevaran al otro mundo a dos electricistas que simplemente pasaban por allí. Cerca del concejal que era objetivo y sobrevivió.

A ETA le importa poco, porque en puridad no piensa que ese concejal sea culpable de nada, por eso no es un atentado tanto contra él, sino contra la sociedad que no admite fascismo tan grande. No se busca la muerte de ese particular porque se le quiera matar a él precisamente, se busca la muerte de forma simple y llana. En el despropósito que es la muerte de los dos trabajadores, se esconde su finalidad última. La Tiranía del terror que no ceja.

Atentan en un cementerio donde yacen los muertos del Euskadi. Y todo porque allí está la cúpula de un partido político. Porque no importa tanto la muerte de los que pasean por allí por visitar a sus seres queridos, si en el mismo lote, desaparecen los que están de parte de un partido político, respaldados democráticamente por votos del pueblo vasco.

Sembrar el terror es fácil. Pero no habrá felicidad.

viernes, 9 de marzo de 2001

9/03/01 23:12

Aquí vuelvo a colgar las letras. Con la vaga esperanza de que sirvan para algo. Muchas veces quiero aterrizar en el oscuro de lo que vivo, y quiero decirlo aquí y ahora. Sobre este mundo de vacas y hombres locos. El preso es un lunático, un enfermo, que se come preservativos y cartas al juez, pensando que los funcionarios de prisiones (ya no carceleros), quieren matarlo. Y así se le pasa la vida, reutilizando los condones expulsados por sus posaderas de loco sin libertad.

Me pregunto donde está la paz de israelíes y palestinos. Supongo que tan lejos como la de mi amado Euskadi. En algún sitio, ambas, no encontrado todavía.

En la televisión de éste siglo nuevo se recicla la misma basura de los noventa. Se repite o se ofrecen nuevas variantes. La televisión hará crisis, y los hombres por no buscar los libros, se mirarán las caras en los espejos.

lunes, 12 de febrero de 2001

12/02/01 22:47

Me ha contado un pajarito muy lindo. Me ha dicho con alegría la novedad de un regalo. Y es que le han regalado en el hospital donde alegra a los enfermos, un televisor. Y se lo van a poner en el puesto de control, pues a este pajarito no lo enjaula ni la voluntad más férrea. Y es que es un regalo de un paciente, o mejor decir, de la familia de ese paciente pues llegado el momento, entre sanar recuperándose del todo, y morir, fue empujado a la deserción, quizá porque no le quedó otra opción, quizá porque era eso lo que le quedaba por conocer. Así que el pajarito mirará la tele en un televisor nuevo, espléndido, homenaje desde la gratitud de los familiares que aún perdiendo conservaron un agradecimiento sincero. Pero a mi la pena me embarga entero, hasta por personas desconocidas. No puedo desempeñar cualquier trabajo. O incluso no esté hecho para la vida social, si está es indivisible de renuncias.

sábado, 10 de febrero de 2001

10/02/01 16:59

Hoy le he dado vueltas a la cabeza. Sin ser literalmente, es una buena forma de perder el tiempo. Vivimos en un mundo en que la ignorancia prima. Donde no importan las maneras, ni importa el fondo de las cosas. Nos centramos en lo nuestro, que no es poco, y lo que está fuera no nos atañe. No va con nosotros ni nos interesa.

Hoy he conocido una forma de paz, tranquilidad, felicidad que son sinónimas todas las palabras en mi diccionario, y fue después de comer. Sentado cara al sol, con una novela de García Marquez que no tenía que leer, aunque tuviera la posibilidad de hacerlo. Escuché el rumor lejano pero localizado donde yo sé, del mar que hoy era un línea del horizonte que no se decide si avanzar o retroceder. Y escuché el piar de los pájaros, que no sé qué comen ni de dónde, pero pían. Y yo los escucho frente a la frente del sol.

Cerré los ojos, y me dije qué cosas tiene esta vida, y cuánto tiempo llevo yo aquí, sin haber descifrado la clave del éxito visible a los otros. Que de calamidades, los presos narcotizados y echados al océano sin paracaídas ni salvavidas. En el centro del océano donde un salvavidas es más un incordio que otra cosa.

Hoy pensé en mis ancestros, en mi abuelo que era amigo mío. Al que le levanté la boina para reírme y para que riera, cuando era un niño. Pensé que quizá cuando tuvo mi edad se preguntó cómo sería el 2001, año sin odiseas ni en el espacio. Yo hoy me acordé de él, porque no está. Y pensé en cómo será el 2060, que tampoco me cogerá aquí. Y los pájaros el sol, y el granítico edificio de mi alrededor me dio a las claras que vivimos en perpetua repetición. En un análisis que nos lleva a ningún lado.

sábado, 27 de enero de 2001

27/01/01 23:10

Me resulta de veras inconcebible, la reunión conjunta de contrarios. Suceso más propio de sueños, que de realidades. Pero la realidad es a veces más confusa que los sueños. Y generalmente también más amarga. Soy de los que piensa, por mi naturaleza voluble, que nos movemos siempre rozando el caos en casi todo. Porque los hombres se equivocan todos sin distinción, lo mismo los de limitados medios como los poderosos, ricos de ademanes premeditados, con la barbilla alta, inmesamente afortunados en el porte incluso desprovistos de ropa de marca.

Por eso, me llaman tanto la atención los hombres buenos. Por eso, me admiro de ellos, pues son vencedores que viven en un triunfo constante. Y su mismo triunfo sobre lo mediano, los hace ignorantes del sentimiento de victoria. Y se granjean la admiración de los que los tratan, porque los que los tratan, que no son como ellos, quisieran serlo.

Admiro a José Luis Sampedro por su sensibilidad y nobleza de hombre que saluda a la vida extrayéndole enseñanzas invisibles. Admiro la bondad que trasluce. Asimismo la bondad de mi padre, que disfrutamos los de dentro de casa, como algo cotidiano.

De alguna forma, hay personas que no parecen casar en absoluto con tanta calamidad. Puestos aquí, piezas de puzzle incombustibles. Para que los demás seamos más felices.

domingo, 21 de enero de 2001

21/01/01 14:45

Allá en la época franquista, que a mi me cogía como algo inexistente, incluso como idea, campaba a sus anchas, un tal Melitón Manzanas. Qué quizá en venganza contra el mundo por nombre tan tremendo, se hizo o hicieron jefe de brigada en la comisaría de San Sebastian, y él, se hizo torturador y asesino.

Pues en aquellos tiempos, en los que, a veces, sin motivo se enjaulaba a las personas, y sin motivo se las apaleaba, sin rendir cuentas a nadie, porque las propias conciencias murieron con la primera paliza, Melitón se hizo famoso. Pues en su fealdad de rostro y de nombre, era perfeccionista en el dolor, con una fama que traspasó las fronteras de Euskadi. Era el represor por antonomasia, era por más señas Melitón. Asesino Manzanas.

En aquellos tiempos, surgió con el beneplácito de gran parte de la sociedad, al menos vasca, un grupo del terror. Era ETA, y surgía del terror a caer en las manos de Melitón y de otros como él. Y este grupo contestatario con el régimen, la ETA buena, decía ayer Jauregi en la radio, no había matado concienzudamente hasta que buscó a Melitón en el rellano de su casa de Irún. Allí le descerrajo dos tiros, lo mató evitando más torturas, al menos de su parte, y en un pacto de silencio, no se volvió a saber sobre sus asesinos. Que se ignoran aún a día de hoy. Entonces corría el año 1968.

Ocurrió que ETA convertida ya en asesina, más sanguinaria incluso que el torturador Manzanas, se hizo a esa forma de actuar, como un guante a una mano. Y no ha abandonado las armas, más que por un período máximo de (+-) 14 meses, deslegitimando con la sangre inocente, cualquier anhelo político.

Ante ayer, se le otorgó a Melitón Manzanas, la distinción al mérito civil, pactada para las víctimas de ETA. Y se le entregó 33 años después de su muerte, para remover el fango del franquismo, premiando a un individuo por morir, que es cierto que no lo merecía, tan cierto como que de ninguna forma, tal individuo merezca premio. Quien sabe, si como todos los asesinos, quizá el infierno.

Y lo hizo el Partido Popular, que cuenta en sus filas con un presidente de comunidad, Manuel Fraga, de trayectoria más que dudosa. Y con un ministro de interior, que preferiría ser lehendakari antes que seguir segundo en importancia de España.

domingo, 14 de enero de 2001

14/01/01 15:14

Mi solidaridad más sentida por el terremoto de centroamérica. Mi repulsión más absoluta por el gobierno británico, que se ha gastado en los 8 años que han pasado en presidio, los asesinos del pequeño James Bulger, más de 800 millones de pesetas. En fortísimas medidas de seguridad, y un tropel de psiquiatras y reeducadores. Y ahora les preparan la libertad, con mimo y cuidado, dotándoles de una nueva identidad, estudiada a conciencia para que no se les descubra, asesinos como son. Y se les dotará a cada una de sus casas, de botones en conexión directa con la policía, por si se vieran agredidos. De forma que, a los asesinos de 10 años, que patearon los 23 meses de vida de James, torturándolo, les va a quedar la libertad, y mayor seguridad, que la de la mejor compañía con esos fines. Una vida nueva, en una ciudad nueva, viviendo la invención del yo no fui o no debe saberlo nadie.

Mi repugnancia hacia la nueva ley del menor, aquí en España, que permitirá que asesinos multiples, como el loco de la katana, estén cruzándose con nosotros, los que no asesinamos, en un máximo de 8 años. Las dos "brujas de San Fernando", que mataron a una compañera de instituto hace solamente 8 meses, y ya han salido, podríamos decir, que por la puerta grande, de nuevo libres, en espera de un juicio, que llegará cuando llegue, y que siéndoles del todo adverso, las resarcirá de culpa para/con la sociedad, antes de que cumplan los 25.

Leí, que una señora se cruza en el ascensor, con uno de los dos detenidos por el asesinato de su hijo, asfixiado en los servicios de una sala recreativa. Recréate, ésta es España, deja que te cuente. No podrás pegar ojo.

sábado, 13 de enero de 2001

13/01/01 18:28

No hay nada como empezar a trabajar, para darse perfecta cuenta de lo que se tenía y no se tiene. Del tiempo, del que era señor y dueño, aun perdiéndolo, y de lo falto que estoy ahora sin él. Me ha dado por pensar, en los últimos días, que antes vivía, y ahora trabajo.

Tengo la sensación absurda, de haber sido robado, y es absurda idea pues siendo hurtado de algo mío, mi tiempo lo es, es un robo consentido, una puerta abierta de par en par frente al ladrón, es un pacto. Así que no es robo, es quizá un alquiler, una venta de tiempo y esfuerzo por dinero. Porque trabajar es vender tiempo, el tiempo que dedicarías a otros quehaceres, es alquilar tu propia vida a otros.

Y echo de menos, mi ocio, mi mano sobre mano. Mi mano sobre este teclado, a mi novia notoriamente, los días que tenía y perdí viviéndolos, de otra manera. Echo de menos hallar descanso en un sillón, o permanecer en permanente descanso sin agobios. Ya no puedo leer, no puedo escribir.

Pero crecer es trabajar, y la verdad es que con todo, nuevos horizontes se vislumbran, un salto cualitativo, mi integración en esta sociedad de trabajos y horarios. Saber más y conocer más. Ser útil, trabajar en fin para no vivir del aire, imposiblemente. He crecido, y la confianza la devuelvo yo en forma de gratitud y duro esfuerzo. Lo juro.

lunes, 8 de enero de 2001

08/01/01 22:11

Vivo en un país de verbena y pandereta. De eso no me cabe la menor duda. Con ese famoseo salido de la nada, porque nada o prácticamente les hizo famosos, y a cambio de las innumerables desventajas de ser famoso, obtienen utilísimo dinero que vale tanto como los sudores del anonimato.

Mira tú a Nuria Bermúdez, que ahora se junta con el abogado Rodríguez Menéndez, al que su esposa quería muerto, literalmente hablando, y pagó a unos cuantos asesinos, o al menos a quienes no tenían mucho inconveniente en convertirse en asesinos, supongo que por el vil metal, que es trueque necesario para lujos. Pero el tipo se salvó y a ella la encerraron, bajo llave y con mala cara.

Podría decirse que la historia terminó con un final feliz, pero lo que no entiendo tan bien, es como éste energúmeno de siete vidas, ha atesorado una fortuna tan grande como para poner en riesgo su vida, lo último que yo querría es que me representara en un juicio. Aunque por mí se puede quedar todos los juicios por venir. Al menos los que a mí me conciernan.

Y por mí también, se puede ir con su novia la multiple orgásmica de Antonio David, la tal Nuria, y todo ese famoseo con cualidades de ubicuidad, allí dónde hay una cámara están ellos, a un país de revistas del corazón. Dónde les paguen las fotos, con kilos y kilos de papel reciclable.

domingo, 7 de enero de 2001

07/01/01 16:50

Cualquier motivo es bueno para hacer borrón y cuenta nueva, para olvidar agravios, para comenzar de nuevo. Reescribir lo escrito, cambiar percepciones, empezar una nueva vida, siendo el mismo y distinto, pues lo malo de cada uno, aquello que no se cuenta, en parte porque no le interesa a nadie, en parte porque avergüenza, puede aislarse como ajeno, en la firme determinación de mejorar.

Tenemos un siglo por vivir, y las equivocaciones de antaño, no pueden de ninguna manera interponerse en lo que quiero ser. Inaugurado el milenio, inauguro la vida que me queda, y me siento ufano de saber que en este tiempo nuevo, no persistiré en el error, porque con las campanadas se fue un milenio repleto de desmanes, algunos propios, y otros los peores ajenos, pero sonríe al futuro, habrá de ser mejor, porque está por escribir, y el hombre es ser racional, incapaz en teoría, de tropezar dos veces con la misma piedra.

jueves, 4 de enero de 2001

04/01/01 14:45

Hay que ver lo que son las cosas de esta vida. Crees que cambian a cada momento, y que tu misma vida, no se parece nada a la de hace unos años, y de repente, te encuentras, como yo esta mañana, escarbando entre un montón de papeles de hace años. De otros tiempos, en otra ciudad distinta, apuntes y apuntes copiados en clase o fotocopiados en alguna reprografía para ser estudiados una tarde, en alguna biblioteca. Y entre uno de aquellos, una palabra de significado desconocido, "ineluctable". La apunté para buscarla, y no sé si la busqué, la verdad. Lo más probable es que no lo hiciera por vagancia, o acaso la busqué y la olvidé. Esta mañana me encontré de nuevo ante ella, yo mismo distinto, envejecido, vivido, ante "ineluctable" escrita con la letra de mi puño cuando es mano y no puño. Aunque ahora escribo, aun escribo impacientemente, con peor caligrafía.

Y hoy me vuelvo a encontrar, tantos años después, con la misma sensación de que no sé lo que significa. No tengo ni idea. No cambió, en tantos años pasados desde luego, mi condición de ignorante.

La busco, la encuentro y la escribo, a ver si de esta manera me quedo con ella. Ineluctable que resulta ser:

Aquello contra lo cual no puede lucharse; inevitable.

Pido memoria.

martes, 2 de enero de 2001

02/01/01 18:01

Uno se pasa toda la vida queriendo ser sublime sin interrupción, y no logra ser sublime ni siquiera durante un segundo. O quizá sí, solo la subliminidad evoca al amor, así que si te aman, no lo dudes, es que de alguna forma, merecida o no, has sido sublime. Tanto como para que piensen más en ti, que en otra cosa.

Me pregunto si se dio algo de ésto en la casa de los horrores, es decir en la casa de Gran hermano, que está preparada para el contrataque, con una batería nueva de aspirantes a ser famosos. Digo si se dio, este flechazo, este embuste que es el amor, pues nadie es tan bueno como el amor hace parecer, entre los dos tórtolos, María José y el tal Jorge, que era y es un chalado que demuestra que rebajar el cociente exigido para el servicio militar es una mala idea. Pero se las daba de intelectual con pensamientos profundos, contorsionistas, y prefería la fama mejor pronto que tarde, y el cuerpo experimentado de María José a seguir rodeado de esos funestos amigos, siendo como eran todos, dignos de psiquiátrico.

Total, que me pasaré toda la vida queriendo ser bueno, sublime, y el éxito se me esconderá, quien sabe si hasta el próximo siglo, quién sabe si hasta nunca. Mientras tanto llenaremos la vida de cámaras, y haremos de lo mediocre nuestra forma de vida. ¿Dónde hay que apuntarse?