No es cuestión de pensarlo demasiado. No es cosa de dedicarle mucho rato. Pero algo habrá que se pueda hacer para sobrevivir a lo que viene. Algo que nos sobreviva. Yo lo he estado pensando, y desde luego no detenidamente, sino más bien al colocarme ante un folio en blanco, aunque a la vista está que ni es folio, ni es precisamente blanco. Más bien todo lo contrario ¿a ti qué te parece?
El caso, es que yo quiero venir en los sobrecitos de azucar de la facultad, para que los hombres doctos de mi tiempo, contemporáneos míos y los que vengan, me tengan por alguien más inteligente de lo que soy en realidad, de lo que fui. Que me lean atentamente entretenidos en endulzarse el café, que es bebida que no pasará de moda. Y cavilando sobre ello, me he dicho que celebridad dejaré yo para la historia, y quizá a no ser que el futuro me tenga reservado algo mejor, de tantas tonterías como digo, por ahora me tengo que agarrar a lo que sea, e ir buscando contactos en empresas de envasado españolas, para que me escriban en cursiva:
Moscas del calor de la mañana,
se vuelve gris con una nube.
Ciertamente no es gran cosa, pero no seré yo quien fije mis límites. ;)