Cualquier motivo es bueno para hacer borrón y cuenta nueva, para olvidar agravios, para comenzar de nuevo. Reescribir lo escrito, cambiar percepciones, empezar una nueva vida, siendo el mismo y distinto, pues lo malo de cada uno, aquello que no se cuenta, en parte porque no le interesa a nadie, en parte porque avergüenza, puede aislarse como ajeno, en la firme determinación de mejorar.
Tenemos un siglo por vivir, y las equivocaciones de antaño, no pueden de ninguna manera interponerse en lo que quiero ser. Inaugurado el milenio, inauguro la vida que me queda, y me siento ufano de saber que en este tiempo nuevo, no persistiré en el error, porque con las campanadas se fue un milenio repleto de desmanes, algunos propios, y otros los peores ajenos, pero sonríe al futuro, habrá de ser mejor, porque está por escribir, y el hombre es ser racional, incapaz en teoría, de tropezar dos veces con la misma piedra.
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