Yo debo ser bastante gelipuertas. Porque no me entra en la cabeza, de ninguna de las maneras que dos secuestradores salgan de la cárcel a las nueve horas cuando entraron para cumplir tres años.
Debo ser gelipuertas perdido, que no entiendo que mierda de justicia es esa que no ha terminado de pagar al secuestrado la indemnización que se fijó como compensación (por ser secuestrado en condiciones infrahumanas), no entiendo que dos cabrones que por su trabajo debían perseguir que no se dieran secuestros, secuestraran con el dinero de los españoles y pagaran con ese dinero a mercenarios que han recibido penas severas de cárcel. El último ayer mismo, un camionero de los GAL que ha sido condenado a 67 años. Mientras sus jefes, a los jefes de todo el tinglado, no les crecía la barba entre la entrada y la salida. Los mandados tope de años, y los jefecillos marchantes de montura de metal, unas horitas que no dan para mediar un libro. Y aún uno de ellos, se indignaba por sentirse humillado.
Un diputado del PSOE, un artista vamos, decía que llegó la tranquilidad, pues con esto, el tema queda definitivamente zanjado. Un poco de revuelo sí, pero en dos días se olvida. A quien no se le va a olvidar es a Segundo Marey, secuestrado por error, y que apura la vida en algún hospital, muy deteriorado por la vejez y las secuelas de un secuestro que se remonta a 1983. Debe andar si me muero, no me muero. Yo que él, le prendía fuego a la Audiencia torticera.
Pero al populacho, a la gente de este país sí se le olvida, tiene razón. A la gente le importa un cuerno, que la justicia sea una bazofia inmunda, y que cuando se castiga con dulzura al culpable, por su importancia, se le atenúe aún más la pena con arreglos políticos entre los partidos más votados del país. A la gente le importa un huevo que Don Aznar acuerde con el señor X, unas cuantas, muchas, ayudas redentoras, le importa un huevo que la política dé verdadero asco.
¿Cuál es la valoración de los líderes de este país?
¡Qué ganas de votar me entran!
Tenemos fútbol, y yo tan gelipuertas que igual me busco un lío escribiendo estas cosas. Que se lo digan al chaval de los veinte pavos en la cabina telefónica, que pasó 15 días a la sombra, nada más que por cogerlos.
Me muero por secuestrar a alguien.