Ayer fue el día del debate sobre el estado de la nación. Hay que ver lo blandito que es el tal Rodriguez Zapatero. Pero es que no le conviene hacer demasiado ruido tras el apaño de Vera y Barrionuevo. Con arreglos así, tan ventajosos, es imposible hacer oposición. Parece en todo momento, que le deben favores al gobierno. Y es verdad, se los deben, pues el gobierno, en el mismo trámite de contentar a la supuesta oposición, perdió dignidad, y reconoce que quizá la justicia se equivoca, o que algunos no merecen la justicia de la mayoría.
Mientras tanto, naufragan cientos de pateras por arribar a España. Hay que ver que mérito más bueno tengo de haber nacido aquí y no unos kilómetros entrado en Africa. A mi no me pueden echar. Y es que los españoles somos así, hacemos méritos incluso sin quererlo. Somos europeos sin pretenderlo. Cuánta pobreza en el mundo y no damos gracias, gracias gracias. Miramos a Rivaldo morados de envidia porque gana tanto dinero que no lo podrá gastar todo.
Hay que contentarse, sin perder unas mínimas aspiraciones.