En este weblog no tienen espacio las fotografías. Quizá porque es cierto que una imagen vale más que mil palabras y siendo así, entonces por qué escribir. Para qué llenar este espacio de pensamientos improvisos, bastaría con retratar este siglo XXI desde una cámara fotográfica. Se dirían más verdades.
Por eso, porque en este espacio mi opinión es la que cuenta se ha hecho hasta hoy una sola excepción. Fue en el aniversario del atentado de un funesto 11 de marzo en Madrid. Haré hoy una nueva. Cuando se cumplen 20 años de la desaparición de una chiquita de 13 años que tenía planes. La incompetencia de este mundo nunca quedó tan patente como en las horas de esperanza de Omaira. A los que vivimos aquello desde el televisor se nos partió el alma. Nada fue igual a partir de entonces. Yo escribí un relato en homenaje, hoy le cambiaría tantas cosas, pero el nuevo nacería del mismo sitio, del dolor, de la impotencia y de la rabia.
No hubo una mano salvadora.
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