Creí que despediría el año en este espacio un 25 de diciembre, el que menos sabor a Navidad tuvo, pero vuelvo un punto desválido en esta mañana de lluvia fina mientras hago tiempo para recoger a Angel (amigo desde la infancia de la infancia, hace tantos años). Es curioso, no recuerdo apenas nada de entonces, vivimos sin duda muchas vidas, todo aquello que vivió el niño que fui quedó suspendido donde flota lo olvidado.
Gracias por visitarme Amparete.
Feliz 2006.
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