Si la luna sería tu premio.
Cuando me enamoro - Enrique Iglesias y Juan Luis Guerra
Tengo que reconocer que valgo más iracundo. Como ya se puede entrever en esta web mi enemigo natural son los políticos, sin que importe condición o circunstancias. Yo los echaba a rodar a todos, cuesta abajo, al fondo de un río, los prendía fuego. De hecho mantengo y no lo hago como pose o para adornarme que los ciudadanos debíamos tener derecho y obligación de apedrear a nuestros políticos corruptos (que son casi todos) en cuanto se demostrara cierto lo muy ladrones y chorizos que son (que sería, en todo caso, a no mucho tardar). Lo mismito que hacen los trogloditas fundamentalistas con las mujeres que picotean fuera de hogar. Es obvio que no puedo estar de acuerdo con ellos en estos procedimientos, lo que no significa que ellos no puedan estar de acuerdo conmigo en cuanto al tratamiento que debiéramos dar a los políticos.
Quizá la culpa la tenga este país mundialista. Que tenemos fútbol para soñar y unos políticos de puta pena. Pero no en todo se puede destacar, y bastante suerte tenemos con Nadal y Contador como para encima pedir un presidente de gobierno que no parezca Chuky, el muñeco diábolico, y que no se comporte, rodeado de políticos internacionales tan fuleros como él, como si estuviera completamente tarado. Pero es que la oposición casi es peor que él. Con ese PP de rancio mohoso. A mí me va gustando cada vez más el tal Durán i Lleida así que no sé si no terminaré haciéndome nacionalista catalán de derechas, que me parece como más entero y más centrado, literalmente con la cabeza más centrada, que todos los demás. Y tendrá su gracia porque soy un vasco que vivió toda la vida fuera de Euskadi, dispuesto a votar la independencia de Catalonia aunque solo sea porque en Duran i Lleida veo menos bazofia de la que acostumbro a ver cuando miro a un político. Claro que para joder los planes aparecen en el horizonte el Millet y el otro, ladrones como tantos y que según creo son también de CIU, con lo que mi gozo en un pozo, y de vuelta a tirar por la calle de en medio, la de prender fuego a nuestros políticos como haría un pueblo civilizado.
Sospecho que el motor que me mueve es la ira, la rabia contenida. Por eso puedo pisotear el nombre de Maradona, que es tan aclamado en Argentina, como si fuera el salvador de la patria, y es solamente pura escoria que no vale lo que pesa un montículo de abono (que en él ni su pasado huele bien). Al paisano los nuestros le repasaron su medianía por la cara. Pero seguirá yendo por la vida dando lecciones, como si fuera un modelo para alguien...
Pensándolo bien creo que a Maradona le falta hacerse político, y si en Argentina no lo quieren para esos menesteres (lo que no me creería) nos lo podemos traer a España para que nos explique cual es la clave de su éxito hoy cuando las razones quedan tan lejos. Que el retaco nació con estrella y no hay nada que pueda hacer que se le arruine. Así se cague en todo y en todos en su misma cara.
Éste es como nuestros reyes y cohorte monárquica (príncipes e infantado), un as para vivir del cuento. ¿Nadie oyó a la Leticia hablar de él y Felipe como los príncipes en tercera persona? Menudo saca de joyas. Éste es el de los fondos reservados. El que tenía tanta pasta en tiempos de González y que se repartían gerifaltes, y que ahora debe andar con pinta de vaso medio vacío Es el saco de los príncipes y demás vividores, en el que hay que meter, como no a la Belén Esteban.
Todos ellos valen más o menos lo mismo.
Vaya país. Somos la envidia del resto de galaxias, desde los OVNIS (de haberlos) o nos admiran o pusieron pies el polvorosa a toda prisa.
Yo me prefiero iracundo, a punto de estallar incluso. Malo que luego se me va la ira y me vuelvo como Bruce Banner cuando deja de ser el increíble Hulk.
Entonces me ocurre que voy a buscar dos pares de calcetines y nunca los encuentro iguales. Aunque compre un montón de una tacada cuando los voy a coger no me casan...
Pero eso lo cuento otro día.
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