sábado, 15 de enero de 2011

Ben Ali y los tunecinos

Él le dijo vámonos.

Pájaros de Portugal - Joaquín Sabina



Desaparecida Sestea de escena vuelvo yo por el ordenador. Y que nadie se lleve a las manos a la cabeza, simplemente se ha ido a ver a su madre y por lo que cuenta, a darle una sorpresa tan grande que se la comía a besos.

Pero lo cierto es que sin ella rondando, encuentro más momentos para poder asomarme al blog. Llegar con el lapicero mental afilado. Aunque vengo sin un propósito claro. Como otras veces sin nada que decir, a priori. Algo saldrá.

Para eso me asomo a la prensa digital para ver si hay algo en ella que me inspire, no como a un poeta, no sabría, sino como a un cuenta-cuentos, que es lo que soy en realidad.

Leo que a Ben Ali le han dado puerta. O mejor dicho a cogido las de villa Diego, imagino que con las maletas llenas. Para quien no lo sepa, contaré que un servidor junto con la muñeca que me viene acompañando todos estos años, ha estado en Túnez, no sé bien si hace uno o dos años. Allí conocimos a Jalil que nos llevaba a comprar a los puestos donde él sacaba una comisión. Pero era afable y contaba las cosas con cierta gracia. Se llevaba las manos al pecho y contaba bajando la cabeza como si estuviera en medio de un millón de reverencias. Aunque más gracia tenía Sestea imitándolo. Que eran iguales en los gestos, aunque muy distintos en apariencia, por suerte.

Aquel país, del que podría buscar fotos propias, tenía aún más fotos que las que hicimos y estaban por todas partes, miraras donde miraras para enseñarnos al tal Ben Ali, que era un dictador disfrazado de milagrero, supongo que ahora puede decirse sin miedo, al que todo el mundo parecía mostrar un respeto no exento de temor.

Es lo que hay cuando no es de democracia de lo que se habla. A diferencia de la nuestra, que no será de manual, como no lo es ninguna, que tiene sus cosas malas, muchas, pero que admite por ejemplo que yo ponga aquí lo que se me viene a la mente, que ni es mucho ni importante. Pero actúo bajo el paraguas de la libertad. Deja que llene mi boca otra vez. LIBERTAD incluso para decir todas aquellas cosas que no me parecen bien.

Reyes viviendo como reyes con su cohorte de hijos-nietos todos, viviendo a todo tren, con mucha ropa de marca y mucho yate y casa-nieve, todo para nada, como herencia de hace 5 siglos, perfectamente prescindibles si fuéramos solamente un poco más modernos de lo que somos. Por amor de Dios, mira a Francia, estaría a años luz sino fuera porque nosotros tenemos fútbol, basket, a Contador y a Nadal.

Claro que si sales a la calle a preguntar a los paisanos, te dirán que ellos viven encantados con el rey, la reina (aunque no vivan juntos), infantado y principitos. Cotiza al alza su campechanía, nueve millones de euros nos separan, del mismo modo que la gente adora a Belén Esteban y su tabique de platino. No me asusta reconocer que si hubiera que hacer aquellas intersecciones de círculos de nuestra infancia, la gente, vista globalmente en masa, pertenecería, al menos su mayoría más al conjunto de lo estúpido que al inteligente. Pero después de todo los hombres como los ñu se mueven en manada y juntos tienen el mismo perfil contemplativo y bobalicón. Y no quiero que esto le siente mal a nadie. Que yo estoy en el centro del todo, procurando nada más ponerme a salvo de depredadores.

Pero si no fuera así, si la indiferencia e incompetencia no camparan a sus anchas de qué nos iría como nos va. Aunque a nadie le importe demasiado. Pero hablaba de las taras de esta sociedad, que sin embargo sirve para dar lecciones de democracia a la dictadura tunecina recién acabada. Porque qué decir de los tribunales, la teórica separación de poderes, que es un cachondeo y que como teoría suena bien, como los agujeros negros y el horizonte de sucesos. Pero que uno mira, remira y no ve por ningún lado. Y allí están los jueces aplaudiendo a la presidenta del Tribunal Constitucional, cuando deja de serlo, porque ella dice que el Parlamento actúa como un patio de vecinos, lo que es habitual, y contrario a la Constitución. Parlamento contra Constitución. Lo que es más grave.

De otro modo, no es que yo tenga ninguna prisa, que a mí ni me va ni me viene, pero ¿esta Constitución es la nuestra y los de todos los demás que vengan después? Porque a lo tonto, para mi desgracia además, van pasando los años. Y digo yo que aquello que aprobaron nuestros padres quizá no sea exactamente lo que queremos para nosotros.

En cualquier caso yo hablaba de Túnez. País encantador para visitar. Hicimos, calculo, creo más de mil kilómetros, tendría que comprobarlo. Ben Ali estaba en todas partes, en carteles, en las fachadas, en las farolas. Te miraba desde allí y parecía que nada fuera a ocurrir sin su control.

Sin embargo ha debido hartarse tras 24 años, lo tal vez los poderes fácticos, los que sean, le han quitado su protección, en resumidas cuentas, muy mal lo ha tenido que ver para coger el petate y salir corriendo. A mí me parece inconcebible. Aunque mis sospechas van por pensar que con 74 años y con todo hecho, y cuando digo todo hecho quiero decir con todo hecho, ha preferido la jubilación en algún país amigo, Arabia Saudí por suponer, donde no será el más pobre de los jeques.

Yo creo que cubiertas las necesidades más importantes hay un riesgo cierto de aburguesamiento, de que te de igual ocho que ochenta. A este tipo, a estas alturas le interesa más la joven esposa y los nietos que sospechar que alguien pueda pegarle un tiro bajando las escalera de palacio. Aunque luego a ese alguien le vayan a sacar las tripas por la garganta con una ganzúa.

En fin, vivimos tiempos sorprendentes. Me permito dar una recomendación. "Fall Again" de Michael Jackson. A mí me parece que estuviera vivo y todo fuera un sueño.



En los sueños las cosas más raras pueden suceder.

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