De mis investigaciones doloridas que intentan entender lo que ocurre sin lograrlo he sacado muy pocas cosas en claro. Uno, que la mayor parte del mundo abandona el Facebook lo que no es demasiado malo porque con carácter general el Facebook de la gente tiene muy poco interés. Se dedican a rebotar noticias y nada más. Y muchos no actualizan desde hace años, así que ni sé bien cuál es el negocio de Facebook pero me está pareciendo que como todo ese asunto de las criptomonedas tiene unos cimientos que son humo. Sí, se registró todo el mundo alguna vez, y todos nosotros quedamos atrapados por no resultar sencillo darse de baja. Sabemos que está ahí y que una vez estuvimos aunque ya no volvamos. Es una especie de cementerio de tiempos perdidos. No sé bien cuál es el valor que la hace multimillonaria. No es una empresa por la que apostar, ni siquiera alguien como yo, que tengo demostrado y bien demostrado que yo sí he tenido cosas que decir, y las he dicho durante años y hasta hace unos meses. Facebook hubiera necesitado más gente como yo para triunfar (más). He estado navegando en mi espacio y he ido a ver algunas de mis fotos, que están aquí como están en el Instagram. Fotos bonitas, con intención, no porque sí, no de morretes en plan postureo, que al final resulta tan ridículo sino disparadas con gusto. Con el encuadre óptimo o casi óptimo. Y sin embargo aquí ya no están. Han dejado el cerco en las paredes. No las he podido encontrar. Dice no sé qué de que el propietario (yo?) las ha ocultado. Pero yo no he sido. Lo habrá hecho el propio Facebook como un autómata, con su inteligencia artificial propia que decide qué mostrar o no. Nos van a dejar unos y otros sin trabajo a todos. Conté que estuve hablando largamente con ChatGPT? Iba a hacer grandes cosas por mí y quedó todo en agua de borrajas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario