Ya está claro, la provechosa entrevista que tuve ayer con el seleccionador de personal del mundialmente conocido EL CORTE INGLÉS ha tenido a bien contratarme por los próximos dos meses. Y he tenido que decir que no a lo de atender móviles, atento. Lo siento por mis compis, por Augusto y por la Tevar con "v", lo siento por todos ellos, porque en los cafés cotidianos hablábamos de lo que más me gusta, las primitivas que no nos tocan, los iguales que obtienen un único resultado.
Y es curioso y tremendo, la señora que vende los boletos de la ONCE (que no juego), es inválida, funciona desde una silla de ruedas eléctrica, y lleva el bolso cogido a la silla por una cadena hecha de argollas de hierro. Apoya el bolso en sus piernas inútiles. Seguro que algún cabrón era capaz de robarle el bolso si no lo fijaba de alguna manera a ella. Los hay de todas clases, cabrones digo, el mundo que vivimos.
Hoy estoy contento, me han llamado desde el FNAC para entrevistarme, y yo ya sé que allí, aunque todo te indique que ha ido bien, puede no ser así, puede ocurrir incluso que no te llamen ni siquiera para decirte que prefirieron a otro (que quizá sintió lo mismo que tu pero con más fuerza). Así que he podido decirles que no, sin cerrarme puertas por supuesto, porque aunque es posible que termine haciéndome analista de sistemas informáticos, nunca hay que cerrar los conductos del pan nuestro de cada día.