Cúmulo de agua y viento.
Caprichos de colores - Chambao
Este fin de semana se celebró en Valencia una comida-cena-resopón entre los alumnos que cursaron juntos 6º de EGB, grupo A.
No ha llovido.
Yo habría estado de haber podido. Si no apretara el bolsillo la crisis y los gastos, y si Iberia no hubiera decidido que los billetes de bajo coste son extravagancias de compañías extranjeras. De manera que en esta primera comida de reencuentro, veinte años después, no he podido estar.
Y me pesa, que esos detalles son las pequeñas cosas importantes a las que cantaba con la voz vibrante Joan Manuel. Aunque intentaré ser el primero en la próxima que se organice. Porque yo también tengo ganas de poner nuevas caras a aquellos apellidos con los que nos llamábamos cuando eramos unos críos.
Me cuenta Angel, que sí ha estado, que alguien le dijo que si no sería yo escritor, pues ya por entonces debía gastármelas muy de pedante o muy ensimismado. Y la verdad es que escritor, a mi modo modestísimo, estoy siendolo toda la vida.
Claro que no de libros ni de nada que merezca la pena ser leído, pero sí de fragmentos sueltos de actualidad en medio de leves retazos de mi vida o mis pensamientos.
Lástima que no llegara a más, ahora que se nos están perdiendo los buenos.
¡Qué triste mundo en medio de este destino!
Hola, Mario Benedetti,
hasta siempre viejo amigo.
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