Has sido el mejor de todos.
Anado
Vivimos un mundo paradójico. Yo siento realmente como algo propio la muerte de Michael Jackson. Que difícil es aún creerlo. Sin embargo sé bien que Michael no vivió según los parámetros normales que nos rigen a todos los demás. ¿Cómo entender que muriera dejando deudas? Es inconcebible.
El mundo se duele por la muerte del artista y coincide en días con la muerte de Vicente Ferrer que ha dolido muy poco, en comparación. He ahí la paradoja y lo injusto, quizá.
Un buen hombre que dedicó la vida para mejorar las de los demás, y esto vale para los dos. Claro que uno ha abierto los diarios de prensa e internet y ha inundado la televisión mientras el otro ha pasado prácticamente desapercibido. Aunque en el caso de Michael aparentara ser alguien desnortado, perdido sin brújula, persiguiendo una felicidad demasiado esquiva. Mientras el otro sabía perfectamente qué hacer y por quién luchar.
Parece obvio que la persona, Michael Jackson se vio sobrepasado por un éxito rotundo y sin parangón. ¿Cómo habrías hecho tú?
Yo siempre creí que ante idénticas circunstancias habría sabido mantener los pies en el suelo. Y habría dejado las cirugías para reparaciones más urgentes que mi propia fachada. Habría caminado por la vida con una camisa a cuadros, disfrutando de viajes y de los míos. Fan de lo anónimo cuando serlo es imposible.
Hoy leo que el chaval que lo acusó de abusos allá por el 93 mentía. Lo reconoce en los periódicos, le recordaba el nombre, Jordan Chandler. Fue una estratagema victoriosa de su propio padre para salir de la pobreza. Les salió bien, 22 millones de dólares dieron para coger el sueño con mejores sábanas. Pero no sirvieron para hacer que Michael cayera en la cuenta de que a su edad vivir rodeado de niños, sin ser propios y hasta siéndolos, era una mala idea.
Por eso, no había que ser un lince para algún tiempo después alguien le copiara la estrategia, pero esta vez no hubo fortuna y silencio sino humillación pública y prensa sensacionalista asomándose a la foto asustada del cantante frente a la policía. Y Michael se vio de nuevo ante los tribunales, como otras veces para temas menos perversos, para demostrar que era "no culpable". Así fue, y así se lo reconocieron, aunque esa sombra le iba a acompañar siempre. Al menos hasta después de muerto.
Quizá ahora se le haga justicia también en ese plano personal. Ese plano que algunos han afrontado olvidando todo lo demás. Como si fuera un pervertido, un pederasta incapaz de haber hecho nada más en la vida que perseguir niños en medio de un parque de atracciones. ¡Con qué saña lo persiguieron hasta en los días posteriores a su muerte! ¡Cuántos ojos escrutando sus mejillas o el puente de su nariz! ¡La descomposición misma de su piel, dos metros cuadrados que cubren todo el cuerpo!
Era humano y nada más, pero siendo mentira lo de los abusos ¿qué nos queda? ¿qué era tan malo en él? Asomar a su niño por fuera de la barandilla. Imperdonable, pero nada más.
Yo, no me duele reconocerlo, he tenido mis momentos de emoción en estos días, oyendo una canción u otra. Viendo a toda la gente que había decidido ignorarlo en plena calle haciendo una procesión de duelo. He crecido con sus canciones y en ellas se pierden mis propios recuerdos. Y sin embargo alguna vez, yo mismo, me había imaginado que no podía durar, que se nos estaba yendo, como las cosas buenas, que la muerte hace más justicia que la vejez, y llegué a imaginar el dolor que habría de darse cuando faltara, y el reconocimiento que debía tener por haber sido el más grande.
Más o menos como ha ocurrido. Ahora vuelve a ser el número uno en ventas. Se acaban sus discos en las tiendas y ya los están fabricando nuevos. Son los mismos discos-cd relucientes porque se venden 8000 veces más. Se buscan discos de vinilo para volver a los 80 cuando era un rey incomparable. Es de lo poco que suena como entonces. Pero también hay otras canciones recientes y recónditas que fueron ignoradas por Sony en sus promociones cada vez más raquíticas. Y esas sonaran para muchos como auténticos hallazgos. Para todos esos que se asomen al artista ahora, cuando el cuerpo dejó de estar caliente.
Lástima el disco nuevo, decía que tenía una canción que era de lo mejor desde Billie Jean, lástima la promesa de un nuevo álbum que diera esplendor a la cruzada de Jackson por permanecer de frente contra el mundo. La muerte nos lo ha hurtado. Lástima de esas nuevas canciones que sonaban ya para él, que las podía tararear antes de darle forma y que ya nunca serán.
Que pena que no quede la esperanza siquiera de revivirlo en el don de sus propios hijos. Merecería vivir muchos años solamente por eso.
Pero ni siquiera son suyos.
Maldito loco genial.
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