Solo pueden contigo si te acabas rindiendo.
Llegaremos a tiempo - Rosana
Estar estoy desde hace días. Pero cualquiera viene por aquí sin hablar de política. Y cualquiera viene para hablar de política, precisamente en estos días en que me bajaría del país a la menor oportunidad. Tengo las vías de escape anegadas del lodo de esta riada de putrefacción mediática. Con toda esta gentuza del gobierno y especialmente con toda esta gentuza repugnante de la oposición.
Lanzándose comunicados en medio de la indiferencia del ciudadano medio, nada interesado en la política. En medio del asco de los que como yo no damos crédito a esta escalada de esta gentuza, parásita y cara dura.
Al respecto podría dar mi opinión que me tiene anonadado y sin poder creer que nuestra clase política esté tan falta de clase. Que sean tan marrulleros, tan sinvergüenzas y tan corruptos.
Ya no se ponen de acuerdo ni siquiera en considerar que ETA es el mayor enemigo. Ahora Cospedal se despacha diciendo que el gobierno al mando de las instituciones de la democracia no está más que para perseguir a sus pobres fantoches políticos. Y lejos de que salga alguien a decir a esta fulana que no se puede ser más gilipollas, el resto del partido está para darle cobertura y palmadas. Nadie que diga que le dio demasiado sol en la cabezota, que fue cosa rara esa mañana de ensoñaciones en que no se dio cuenta de que sus narices tenían un micro delante.
Y eso que debieran taparse después de que el amiguísimo de Camps, que es seductor por teléfono como un galán en pleno cortejo, decidiera quebrantar unos cuántos preceptos legales para arrimarse antes al colega que a las leyes. Carpetazo al asunto y tan amigos. Hoy por ti mañana por mí. Que la justicia es ciega y no acierta casi nunca.
Así fue que Camps pudo escalar los dos escaloncitos que le faltaban para que todo se resolviera. Ahora si puede reír con ganas ante sus palmeros. Pero eso no es lo peor de todo, lo peor es vivir en un país en el que es reconocido abiertamente que el Supremo no "es de casa" como el TSJ de Valencia.
Ya están preparando las cosas por si viniera la revancha de que el blanco se volviera negro.
Vivimos una sociedad contaminada. Yo me ahogo a diario...
Si lo pienso demasiado sentiré arcadas.
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