lunes, 7 de septiembre de 2009

Las gotas

Así como quien no quiere la cosa.

Sin ti, sin mí - Ricardo Arjona



No tengo demasiada gana de hablar de mí en el MGS. Y no es porque me esté yendo mal, que soy una máquina desatada. Eso sí, desde cerca de la tele para que mi miopía incipiente, pese a estar ya operado, no pueda ser culpable de mi incompetencia. Pedazo tele gasto. 42 pulgadas de extremo a extremo, las pelis, como en un cine, los juegos como estar en medio de una maldita guerra.

Leo que a un chaval le operaron en el Gregorio Marañon del ojo sano. No he querido leer más. Solamente el titular porque yo soy así de valiente, un enunciado me sirve. Claro que luego me queda la duda de si el ojo malo tenía nada más un desprendimiento de retina, algo tan leve que el ojo humano, médico pero humano a fin de cuentas, no descubra a simple vista. O quizá llevaba el ojo colgando como en los dibujos animados y los médicos estaban tan atareados, de aquí para allá con baile de batas, aquí te pillo aquí te mato, más vale pájaro en mano que ciento volando, que sin mirar más allá ¿para qué? se pusieron con el ojo que quedaba más cerca.

Esto me recuerda al anuncio de la tele. Al del chaval que va a la entrevista con un fulano muy estirado y antes de entrar se encuentra con que la secretaria es íntima suya o lo podría ser, vamos, que la chavalita le hace ojitos. Obviamente, ella a la vista de la rojez de los globos oculares del chaval, fruto de haber salido de marcha y copas hasta altas horas, esto queda absolutamente claro, decide que es mejor que vaya al baño y se eche en los párpados unas gotas de doping cristalino, pues al fin y al cabo es lo mismo que doparse, se trata de pasar por lo que no se es, de trampear a secas. En este anuncio se condensa gran parte del pensamiento humano en cuanto a las lealtades. Parece claro que ese chavalete es un crápula que se bebe hasta los ceniceros en noches de locura y descontrol, pero ella no deja de ser una aspirante compartir idéntica pérdida de papeles y ropas, así que decide mandar la lealtad al jefe, estirado eso sí, a hacer gárgaras por conseguir que el amigo pase el corte, y quizá que le deba algo. ¿Qué se está fichando un fraude? ¿A quién le importa?

Pero eso no es lo mejor, viene después. La entrevista, con aquellos ojos limpios como de recién "blanqueao" es un éxito, no había de serlo, con esos ojos que están mirando mientras dicen contrátame que los cubatas no los regalan, precisamente. "Venga el lunes" le dice el fulano, como si el chaval no fuera a salir el domingo, pero lo mejor es que en la habitación de al lado la secre no pierde palabra de la conversación, porque el chisme transistor es de esos que pulse quien pulse desde los dos lados la conversación se hace pública y notoria para luego tener cosas que cotorrear a la hora del café, en ese correveidile de noticias frescas y secretas, sobretodo por evitar esos silencios tan incómodos de compañeros que no se tienen nada que decir. O tal vez es el propio paisano el que pulsa el botón que lo pone en contacto con la secretaria porque se le durmió la mano encima o porque no sabe cómo funciona la tecnología coreana, ¡qué es como la japonesa! Pero más barata.

La secre le pincha el teléfono al jefe como todas las instituciones políticas, judiciales, policiales y judeo-masónicas al Partido Popular en los confines del reino y el propio Partido Popular a su delegación de la Comunidad de Madrid. Para que luego digan de privacidad y de que lo dicho se queda entre las 4 paredes ¡mentira! Probablemente siempre alguien se asoma por algún lado, un micro, un pinchazo o una avispada secretaria que acumula mil potingues en el bolso para dar el pego o hacerlo dar.

Luego esta gente de la publicidad, que no todos son como Risto ¡del que juro que no sé nada de nada! le colocaron unos paños calientes a la historia, después de todo tampoco aquella forma de bailar en la discoteca era de ser ningún experto en baile desde luego (aunque sí de alguien hasta arriba de coca). Y resulta que en la nueva historia el chaval, puesto que la poco estética rojez de los ojos puede venir por distintas causas se vio convertido en poco menos que uno de nuestros medallistas de water-polo. Que la rojez arruina-entrevistas de trabajo le llega ahora por un exceso de goles en la piscina y no porque sea el alma de la fiesta.

En fin, mejor operarse los ojos. Mírame a mí. Que estoy necesitando pasar de nuevo por el quirófano. ¡Tele grande, cuánto te quiero y cuanto daño me provocas!

Voy a coger tické, como en la pescadería. Justo detrás de Maradona, que no logra que ninguno de los equipos que entrena gane un mísero partido, y que está necesitando que le vuelvan a rebanar cuarto y mitá de estómago y una liposucción profunda de papada.

Lo dejaron como a un virrey. Fíjate como bailaba.

Que fino el tío.

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