Con razón o sin razón.
Odio - Revolver
Por algo soy pobre. Porque no acierto quinielas. Y mira que algunas me han pasado cerca, tan cerca como al calvo de la Navidad que lo ves en los anuncios con el cupón recién comprado, paseando la calva en blanco y negro para que no le toque nunca.
Aunque ahora al calvo lo han descatalogado y ya no sale anunciando la Navidad, ¡con lo entrañable que era! ¡yo quiero todas mis navidades con calvo de la tele! ¡con ese calvo en particular y no con los herederos de Jesús Puente! Que tenía la distinción en el traje negro y esa mirada felina como de extranjero que se precia de serlo y que no tiene maldito interés en aprender una sola palabra de castellano. Con llevarse los euros basta. ¡Hábrase visto! Pues el mismo interés que tengo yo en aprender inglés por ejemplo. Aunque a decir verdad interés tengo, y me remuerde la conciencia pensar en lo mucho mejor que yo iba a ser, y lo más fácil que me iba a dar a entender en mis esporádicos viajes.
Pero uno tiene ya tan poca gana de algunas cosas...
Volviendo al calvo debo aclarar que ahora que los anuncios no le mantienen se dedica a lo que todos los que vivieron alguna vez de la farándula, a hacer bolos. Sin ir más lejos Dinio se va a sacar el instrumental en no sé qué "streeptease" (¿se dice así?) en algún local no muy alejado de mi casa a cambio de sus buenos reales que no sé si serán muchos o pocos, pero que lo mantendrán abrigado mientras no trabaje. De manera que nuestro ciego ha hecho rutina de recibir un premio por aquí, un homenaje por allá... sólo que a éste le están bien merecidos, porque él mismo se nos había convertido en la Navidad, un poco. Y si el alcalde de Donostia o de Bilbao o de Vitoria, o de la conchinchina no puede pagar el alumbrado de las fiestas por la crisis, y el árbol se ve enhiesto pero desangelado es un comienzo de prestigio si el calvo de la suerte pasea su falta de entendimiento entre los millones de aspirantes a rico, entre los que me encuentro, y que querremos fotografiarlo para jugar aún más con mayor fe.
Pero es que el calvo escogió el peor mejor papel de su vida. Lo que a nivel profesional ha de ser malo a rabiar. ¿Quién lo querrá ahora para anunciar nada? Está usted encasillado, señor mío. Es persona de un solo personaje. Por no hablar de que sus cualidades de sobreactuación permanecen en el anonimato... Se me ocurre tan solo apetecible para los de la ONCE, y lo cierto es que ahora me parece una idea tan buena que hasta yo mismo tendría que cobrar por ella. Así que si ocurre bien merezco un puñado de los circulantes, bajo pena de que vaya con el post a la SGAE y se conviertan en perro de presa de los ciegos, y los persigan calle abajo mordiendo faldas y pantalones antes de que lleguen a la garita en mitad de la acera. Que al calvo lo dejarán tranquilo, pobre mío, que solo hace que salir adelante con la Navidad por fachada. Aunque quizá por eso tb deba pagar arancel...
En fin, se me hace tarde. Voy a la ducha que quiero ver el fútbol. Yo quería hablar de los Goya que no vi, del sentir dentro y esas cosas. Pero me salió hablar del calvo.
¿Dónde está la libertad? Si ni siquiera escoges tú.
Ahora lo vas a ver, que ahora mismo lo titulo pues.
Aunque eso sí.
En los Oscar gana "El secreto de sus ojos". Y ahí el cine español se retrata.
¿O me retrato yo?
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