Vengo sin un duro.
No soporto el rap - Joaquín Sabina
Dentro de lo bueno que soy, y de lo calmado, he descubierto que dentro de mí está la llama iracunda. La rabia que llena de baba la boca de los perros. Y no se me pone con mi moza, con lo buena que es, como a esos trogloditas de los periódicos, faltaría más. A mí se me pone con los políticos a los que propongo referéndum para quemar en pira de hoguera.
Lo cierto es que es un idea que quizá haya soñado antes, pero que ha tomado cuerpo al ver tan bien planchado y con traje tan aparente a Jaume Matas, el muy ladrón.
Hay que ver con que buena cabeza, lo alta que la lleva para entrar en los juzgados y salir de ellos con su abogado al que la pasta ya sea legítima o mangada le dará buen caldo. No puedo menos de preguntarme ¿dónde están las esposas? ¿dónde la chaqueta de chándal para taparle la cara? ¿dónde la manera de "entrarlo" arrastrando? Dónde el policía que lo hace todo a empujones.
Si es que uno lo ve entrar tan bien afeitado y tan ligero de equipaje que termina pensando sino será miembro del Supremo tan en boga en estos días en que el disparate y la extravagancia campa a sus anchas en todo ámbito, vamos que viéndolo dan ganas de votarlo para presidente de Baleares aunque no se presente (que está por ver). Votarlo para que pueda reformar el palacete con grifería de oro o añadir a la parcela unas cuantas hectáreas para paseos meditabundos sobre testaferros y terceros que son parapeto, perfectos hombres de paja. Las investigaciones llevadas a cabo sobre su persona que arrojan resultados tan, digamos, sospechosos lo han dotado de un poder de seducción que no tenía, de mangante le ha crecido el carisma.
Lo malo de escribir de esta clase de chorizos a los que viste Armani y no tienen arrugas más que en la contabilidad, es que tienen contactos en todas partes, y ojos hasta en la Internet, y no te extrañe que me caiga demanda por difamación ahora que todavía no está claro, ni lo estará al paso que va la justicia, que es más amigo de lo ajeno que los piratas de Somalia. Y eso que yo soy tan tonto que oigo ministro de medio ambiente y doy por hecho que ha de ser bueno, siquiera sea el único...
PERO NO ES BUENO, ES UN PERRO LADRÓN.
Esto se resuelve con partido de fútbol que entretenga a la chusma e indulto por las molestias en unos meses o unos años en función de alarma pública, poca vergüenza o en definitiva lo bien trincado que esté por este sistema que tiene el mal de Rompetechos. No ve ni de lejos ni de cerca.
Pero yo para éste propongo mejor linchamiento popular la próxima vez que salga tan peripuesto a la calle, venga del calabozo o de su casa (a estas horas le están preparando los 3 kilos de fianza). Propongo que una muchedumbre festiva se haga con palos al estilo del TIO LA VARA para darle su merecido. Lluvia de piedras sobre el político ladrón que aprovechó su posición pública para enriquecerse.
Agarremos por los brazos y llevémoslo a la hoguera. Prendamos fuego al espantajo para que sirva de aviso a navegantes. Senadores, diputados, alcaldes y concejales a los que iremos a buscar a sus palacios, caseríos, chalets, áticos y urbanizaciones privadas de 30 metros cuadrados.
Todo pueblo ha de poder quemar, literalmente, a sus políticos.
Quizá de este modo se lo piensen dos veces.
Quizá así nos valga la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario