viernes, 7 de noviembre de 2014

Tiempo

Agua pasada.

Agua pasada - Joaquín Sabina

Gracias a Sharon he vuelto a escribir. Que nadie se me escandalice, Sharon es la marca del teclado de saldo que compré en Amazon hace unas fechas,  del que puse cumplido retrato recién desembalado.

A veces cojo una noticia de cualquier medio online y cuando la acabo tiro por alguna otra relacionada,  que por lo general aparecen enlaces en la parte inferior. Ayer me ocurrió con Piqué,  al que está visto que cumplir el sueño de tantos,  hacérselo con Shakira (ésta sí una mujer) le ha vuelto un tarado,  que lo mismo te discute con la guardia urbana con su fama y su dinero (cuando el chorreo procede claramente mentando a su mujer), como se tira un par de bombas fétidas donde caigan, en un avión por ejemplo. También puede ser que le falte un hervor desde siempre, y esa pájara mental haya sido lo que lo hizo irresistible a los ojos de la cantante. Nunca en el mundo encontré nadie más chorra ni que desentonara tanto, pudo pensar para si.

Lo principal del asunto,  salvando las crisis futbolísticas o de disciplina con la que quieran reconducir su loca cabeza es que tirando de archivo llegué a una entrevista del 2010 que le hacían a Tito Vilanova en la que el titular era que sin Piqué se les caía el invento, ese Barça de Guardiola que se aburrió de ganarlo todo. Cuando le preguntan qué fue lo más difícil de esa temporada afirma sin dudar que la enfermedad de Abidal, "lo más duro, ya que contra lo demás puedes luchar, pero contra una enfermedad como la de Abi..."

El tiempo suele colocar las cosas en su sitio, no siempre justamente, pero da un punto de vista nuevo, que ayuda a comprender esta cosa compleja que es la vida. Reparo en que por esas fechas Vilanova era un hombre sano, sin asomo de dudas sobre su presente ni futuro. Hoy Abidal sigue jugando al fútbol, ahora en Olympiacos superado el cáncer,  con la gratitud de hombre bueno hacia sus ex-compañeros, y Tito Vilanova yace enterrado donde sea, por otro cáncer insuperable. Lo que llegó fue lo que fue, sin culpa de nadie.

En verdad soy de los que cree que se debe aprovechar la vida al máximo, aunque no lo haga. Los que estamos no debemos olvidar hacia donde nos dirigimos. Esto es ahora nada más. No podemos predecir nuestro futuro, ni siquiera el inmediato. Por eso vale más procurarse el empeño de ser feliz, relativizar calamidades y valorar lo de veras importante. Suele estar cerca.

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