No paro en casa. ¡Cómo me gusta comer fuera de casa! Y la cosa es cuanto menos paradójica, teniendo en casa la mejor madre del mundo, y una de las tres mejores cocineras. Hoy se ha levantado pachuchilla. Te quiero mucho mamá.
Ayer me fui a cenar con un amigo al Pizza Hut, nada más que por ver como está la cosa de los euros allí. Y de paso, nos comimos dos pizzacas que me obligan a unos largos de piscina como mínimo. A ver si puedo el jueves.
Es verdad, cuando no estoy comiendo o cenando con unos, estoy con los otros, y en muchas ocasiones con Majo. Así me va, en gastar en comida no tengo reparos, y ando por la calle, con unas pintas, mis ropas más recientes tienen día de cumpleaños...
Bueno salvo los días como hoy que tengo que ir a trabajar. Para el Corte Inglés me disfrazo, me pongo el traje, y salgo a la plaza caminando rápido. Es una tarea plácida la que me ocupa. Dobló infinidad de jerseis, atiendo con suma educación y extrema cortesía cada venta, y al final del día me vuelvo a casa con la labor cumplida, alegremente. Lejos de las tensiones de un servicio técnico para mí solo.
Me entusiasmaría volver a esquiar pronto. Quién me iba a decir a mi que tendría caprichos tan pijos.
Estamos viviendo el futuro que conoceremos. ;)