domingo, 3 de febrero de 2002

3/02/02 16:25

Hoy tendría muchas cosas que contar. Porque llevo dos días sentarme a escribir algo sobre este siglo y mis circunstancias, y no encontraba momento. Sospecho que ahora tampoco es el momento adecuado, pero por nada quisiera que se me quedaran cosas en el tintero.

Determiné por fin no hacer el curso de Internet, creo que habrá inversiones más provechosas. Pero con lo que yo no contaba era con el actuar de ESINE, promotor del cursito. Por teléfono me dijeron que tenía un periodo de 15 días para a la luz del material decidir si me era rentable. Tan seguros están de su calidad que te permiten ojear el material para terminar de decidir su consecución. Esto sin duda, es de agradecer. Yo envíe un total de 9 "mails" a la tutora que me había tocado en suerte, y también hice una llamada a un 902, aunque la tal Almudena que así se llamaba, como era de esperar a la vista de los frutos de tanto correo, no estaba. ¿Existiría? Por fin me respondió escuetamente a uno de los correos.

Mis dudas sobre si debía hacerlo, eran ya por entonces enormes.

La iniciación al Dreamweaver ocupa como mucho 75 hojas. Yo tengo un manual de más de 600 en mi disco duro.



Decidí por fin que no. Llamé lo notifiqué y me recogerán el material en 6 días. Pues bien, al día siguiente al ir a sacar dinerito para invitar a comer a la familia, descubro que se me ha retirado el importe del curso en su totalidad.

A mí la verdad es que no me parece raro que los de Esine por acción u omisión de alguien hayan sustraído el dinero de mi cuenta después de saber que no haré el curso. Lo que me asombra de qué manera es que en mi banco sean tan generosos.

Algún listillo del BBVA recibió no se qué recibo sin firmar por mi, SIN mi AUTORIZACIÓN por escrito, y con todas las luces de su sensatez, dio su visto bueno. Después de todo no era su cuenta sino la mía la que enflaquecía, y por su su endeblez considerablemente.

La cosa me parece gravísima, y yo mismo habría montado un baile de muy señor mío, sino me uniera a la entidad una cierta afinidad sentimental.

Me dije, vaya como son las cosas. A unos les canto el número de cuenta por teléfono y eso les vale para quitarme 150.000 pesetas. No es posible un atraco más limpio, y juzgar por mi banco, con menor resistencia.

Ellos verán, a mi me da lo mismo. Se tendrán que arreglar las cuentas, pues yo no firmé nada, no autoricé nada. Sólo doy gracias de no haber necesitado ese dinero para otra cosa. Ese total que desapareció sin razón, que me hurtaron aunque sea por días.



¡Ah! diga lo que diga la academia de los Goya, "Los otros" es un coñazo aburridisimo y previsible. Aménabar, no te tires tantas flores que cualquiera que haya visto "Rebeca" de Hitchcok sabe de donde se te vino la idea. Y lo único potable, el final, ¡ay amigo mío! como se te parece al fin de "El sexto sentido". Vamos de empollón de clase y somos los copiones.

Ya no se hacen películas como "El abuelo".