Acabo de escribir un mensaje a los del FNAC de Madrid en la esperanza de que no sean tan cretinos como los de Valencia. Y la cosa es que yo quiero trabajar en Valencia, pero por favor no me hagan tratar con cobardes. Si no fuera porque me toca las pelotas repetirlo contaría la pseudo entrevista que tuve con una cobarde que no se atrevió a llamar y decir que habían preferido a algún otro. Bueno, en realidad sospecho que si llamó, pero en cuanto oyó mi voz al otro lado se lo debió hacer encima porque colgó.