Ahora es mucho más fácil. Cuando yo empecé a escribir en Internet no teníamos estas facilidades de la actualidad, entonces te ingeniabas una web en html y subías cada modificación anhelando nuevas visitas.
Así surgió la web Vivo y digo: siglo XXI, y allí quedaron mis neuras para recibir visitas inesperadas. Justo es pues, que en este el primer mensaje de mi nuevo diario, anhelante como está de las mismas neuras, refiera la dirección de la primera versión para que ambos estén unidos y enlazados, para que desde aquí se pueda en un salto regresar al pasado. Cuando como hoy parece que me estrello y remonto.
Si tienes un minuto y quieres comprobar la mala cara que le pongo al mundo, ni más ni menos que la que tengo, no dejes de visitarlo.
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