sábado, 30 de abril de 2005

Una nube blanca

En el trayecto de la historia 20 años no son nada. Un lapso demasiado corto casi para cualquier cosa que no sea matarse unos a otros, que para eso se necesita mucho menos tiempo efectivo. En esos casos yo soy partidario de alzar una nube blanca para que la vean desde bien lejos, para que no sólo mis enemigos actuales vean que me rindo sino también los agazapados que esperan para hacerme la guerra en mis momentos de mayor debilidad.

No hay nada malo en la rendición, es un acto valiente en realidad, se reconoce el error de la confrontación, se reconoce la perdición y esto es uno de los mayores reconocimientos que se le pueden dar al ser humano, pues desde que nace está perdido y poco dispuesto a perder.

Agitaría mis nubes blancas en un cielo despejado ya de incógnitas, con la cabeza de perdedor bien alta, entregando mis armas con la firme determinación de separar desde entonces y para siempre las pepitas de oro de la piedra. Busco repetir mis mejores momentos, guarnecerme en ellos como en una cueva ante la tormenta. Poder vivir un presente no pendiente del pasado. Expectante, confiado repleto de eufórica ilusión.

20 años no son nada. Lluis Llach se descubría un poco más con una canción preciosa:
"Un núvol blanc". Compuso letra y música en 1985, mucho antes varios de los acontecimientos ocurridos más trascendentes. Yo que soy de mucho regalar querría exponer aquí esa letra, que siendo bella crece en su palpitante voz. Pertenece al albúm "Maremar". Es canción de amor mayúsculo, un amor dispuesto a perder. Tengo para ti un nido en mi árbol y una nube blanca...





"Senzillament se’n va la vida, i arriba
com un cabdell que el vent desfila, i fina.
Som actors a voltes,
espectadors a voltes,
senzillament i com si res, la vida ens dóna i pren paper.

Serenament quan ve l’onada, acaba,
i potser, en el deixar-se vèncer, comença.
La platja enamorada
no sap l’espera llarga
i obre els braços no fos cas, l’onada avui volgués queda’s.

Així només, em deixo que tu em deixis;
només així, et deixo que ara em deixis.
Jo tinc, per a tu, un niu en el meu arbre
i un núvol blanc, penjat d’alguna branca.
Molt blanca...

Sovint és quan el sol declina que el mires.
Ell, pesarós, sap que, si minva, l’estimes.
Arribem tard a voltes
sense saber que a voltes
el fràgil art d’un gest senzill, podria dir-te que...

Només així, em deixo que tu em deixis;
així només, et deixo que ara em deixis.
Jo tinc, per a tu, un niu en el meu arbre
i un núvol blanc, penjat d’alguna branca.
Molt blanc..."

"Sencillamente se va la vida, y llega
como un huso que el viento deshila, y acaba
somos actores que a veces
espectadores que a veces
sencillamente, como si nada, la vida nos da y
nos quita protagonismo.

Serenamente cuando viene la ola, acaba
y quizá en el dejarse vencer, comienza.
La playa enamorada
no sabe de la larga espera
y abre los brazos, no fuera que la ola le
apeteciese quedarse hoy.

Y sólo así, me dejo que tú me dejes
Y sólo así, te dejo que ahora me dejes
tengo para tú un nido en mi árbol
y una nube blanca, colgada de alguna rama.
Muy blanca...

A menudo, cuando declina el sol, lo miras
él sabe, perezoso, que mengua, lo quieres
llegamos tarde a veces
sin saber que a veces
el frágil arte de un gesto sencillo, podría
decirte que...

Y así sólo, me dejo que tú me dejes.
Y sólo así, te dejo que ahora me dejes
tengo para ti un nido en mi árbol
y una nube blanca, colgada de alguna rama.
Muy blanca..."



Letra y música Lluis Llach - 1985.

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