Vi el otro día a Joaquín Sabina en el programa de Buenafuente. Era la primera vez que veía ese programa y me decepcionó. Me decepcionó el famoso Neng, que es una moda condenada a la extinción. Pronto se cansarán los mismos que lo imitan hoy sin cansancio.
Decía Sabina y Buenafuente quedó atónito y farfullando, que "la poesía es el dinero", y a muchos de nosotros se nos cayó el palo del sombrajo. No se puede negar que Joaquín es sincero, eso piensa él y lo cuenta. Nunca fue de los de morderse la lengua. Por eso mete la pata tanto y recibió tantas bofetadas.
Lo malo es que algunos esperábamos otra cosa, alguien que siempre parece de vuelta de todo, pero con la experiencia de los años, con mucho por mostrar. Esa conclusión tan poco esperanzadora, todo está en venta, y por lo tanto accesible al mejor postor...
Ahora, oído su nuevo disco "Alivio de luto" uno vuelve a pensar que cuando se pone a escribir concita a las hadas. Que es capaz de encontrar las palabras justas para expresar mejor que nadie algunas cosas. Algunas tan difíciles como la depresión, que ha vivido y de la que va saliendo letra a letra.
"cuando soy lo que soy en un espejo roto, ... cuando es tiempo perdido, preguntarme qué pasa"
Haciendo canciones así se le puede perdonar todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario