Lo cambiará todo.
Soldier of love - Sade
Ya regresé. Hace tiempo, de hecho.
Ayer me contaba un conocido que tengo la capacidad y las características de un político. Que lo ve claro. Que podría medrar como buen político, lo de medrar lo digo yo. Dice que tengo el don de poder convencer, que si hablo se me escucha. Hasta el punto llega de contar que en mí sería creíble hasta las mentiras más gordas. ¡El destino me libre de decir grandes y muchas pequeñas!
¿Cómo haremos si el político es embustero por conveniencia? Si no sabe más que arrimar el ascua a su sardina y mentir con medias verdades que son en esencia sarta de mentiras.
Pero él me propone presentarme a gente que pueda hacer de mi el Zapatero del futuro. Él no se atrevería porque según dice le falta capacidad.
Él tiene la fuerza y yo la palabra, por lo que se ve. Casi no se engaña. Además no se da cuenta de que yo soy si acaso un político apolítico, repugnado lo bastante de la política y de los políticos como para no quererlos ver nunca más.
Lo más seguro es que el fundamento de todo sea esta falta de fe. Universal y en todas direcciones. Ya no creo en casi nada.
De la partida, eso sí, queda el oasis en el desierto, esa suerte queda. La de parecer mejor de lo que se es.
A la vista está que impresiono a veces. Aunque si me toman por un político...
algo falla.
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