domingo, 24 de octubre de 2010

Siempre la verdad

Resucito como un ratoncito silvestre.

Ay Rocío - Joaquín Sabina



No sé qué noticiario pregunta en su página web algo así como ¿está bien que Wikileaks saque a la luz los muertos de Irak? ¿es bueno que muestren la basura que han hecho?

La perdedora Clinton reconvertida en ganadora al ser absorbida por el ganador Obama ha corrido a censurar que todos esos documentos salgan a la luz para dejarlos tan mal parados. Para ser un ejército de liberación que empleaba aquellos palabros tan grandilocuentes no se comportan ustedes como nosotros habríamos esperado. 70.000 civiles muertos parecen bastantes.

Yo, como de casi todo, apenas tengo unas trazas de lo que ahora nos desvelan, mucho menos aún de lo que fue, pues la revelación seguro que solo es una pequeña parte. Solamente he leído algún titular porque en el fondo de mi corazón no quiero saber, quiero conservar un ápice de la creencia en la bondad humana y fundamentalmente conozco que detalles escabrosos podrían afectar mi ánimo o condicionarme el día.

Dicho esto ¿quiero decir que estoy de acuerdo con Hillary? Ni por lo más remoto. De hecho no creo que nadie pueda estarlo. Pues el camino para que no hablen mal de ti no es que no hablen, sino que no hayas hecho nada malo.

A los americanos les sienta mal que el mundo conozca sus atrocidades (que no conocíamos y que no nos sorprenden), preferirían que viviéramos en la ignorancia antes que con los datos comprobados. Piensan que bajo la cobertura de ESTAR EN GUERRA se puede hacer de todo. Cualquier acción procede bajo el paraguas de la GUERRA. Tortura, violación y asesinato a veces selectivo y más fácilmente, en todas direcciones.

Sin embargo les ha salido un grano con esa web dispuesta a tirar de la manta para que la verdad se sepa. En sus tribunales afirman una frase que a mí siempre me gustó mucho: LA VERDAD OS HARÁ LIBRES. Pero en este caso nos quieren arrebatar la verdad. No quieren que la conozcamos.

Si yo fuera Julian Assange miraría bien debajo de mi coche cada vez que fuera a hacer uso de él. Y me haría poner un millar de guardaespaldas porque muy probablemente la guerra vaya ahora con él a todas partes.

Al final da igual conozcamos o no. En la práctica nada va a cambiar. Seguirán al mando los mismos y pagarán los mismos de igual modo. Hay cuentas pendientes pero no las atenderá nadie. Dar conocer es un paso valiente, aunque nada cambia. Nada en la práctica aunque así, con verdades resplandecientes sepamos lo terribles que podemos llegar a ser.

Paradójicamente, esto es bueno.

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