Cuando entró en la casa vio que estaba totalmente vacía. Solo había dos banquetas, un colchón tirado en el piso y una mesa muy rudimentaria.
El visitante hizo la consulta y después le preguntó al rabino:
—Perdón, rabino, ¿dónde están sus muebles?
Y el rabino le dijo:
—¿Dónde están los tuyos?
El hombre contestó:
—Yo no soy de esta ciudad, estoy aquí de paso.
—Yo también estoy de paso —dijo el rabino."
El camino de las lágrimas - Jorge Bucay
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