sábado, 1 de noviembre de 2008

Sin crisis

Si yo fuera Maradona, viviría como él.

La vida tómbola - Manu Chao



¿Qué me digan a mí dónde está la crisis? Todo invento de los periódicos. Que no saben que contar y se la inventan. Como hablar de Raúl ya resulta cansino se inventan la crisis e influyen a la bolsa, que es como una persona indecisa entre comprar un tambor de Ariel o de Colón. Y claro, si la bolsa le dices que entre bien o mal las cosas pintan mal, cosa que ocurre siempre sin importar siglo, entonces se pilla un resfriado tan gordo que ya no quiere salir de casa para nada. Como las personas que tienen agorafobia, o esas otras que de una pizquita hacen una montaña de problemas. Y es que no hay que creer todo lo que nos cuentan. Que no irán las cosas tan mal cuando uno puede estirar los euros y que den para tanto.

Ya sé que alguien dirá que dan para menos que las pesetas, pero esa gente vive anclada en el pasado, porque yo no digo que ahora no paguemos por casi todo un 60% más, pero eso es anecdótico, una persona de su tiempo no se quedaría en esos detalles sin importancia. Pregunta a un niño de 6 años a ver que te cuenta de las pesetas. Nada de nada, porque el nano sabe en que siglo está viviendo, y eso de las pesetas le suena a cuentos del abuelo cebolleta. Y es verdad además, porque aunque pueda parecer que no hemos sacado ninguna ventaja con el cambio es solo superficialmente. ¿Y la tira de viajes que puedes hacer a sitios distintos sin cambiar moneda? Que antes igual llegabas a un sitio y tenías que hacer cola para que convirtieran nuestras pesetas en algo de más peso, que nuestra moneda era poquica cosa comparada con el dólar y casi contra cualquiera, a excepción de las liras italianas, que eran menos aún, pero es que los italianos son como nosotros y su moneda no era sino la peseta devaluada. Asi que para empezar nos hemos ahorrado las esperas en destino para cambiar moneda, que me dirás si era buen modo de empezar las vacaciones haciendo colas para ver además que te sisaban parte en comisiones del todo injustificadas. Y para quien cambiaba antes de salir más de lo mismo. Luego regresaba con cantidad de moneda extranjera inservible, y se te mezclaba con nuestras pesetas y aquello era un horror, porque no lograbas desembarazarte de ellas a no ser que tuvieras un sobrino que las coleccionase, y te ponías de mal humor, y a la larga terminaba intoxicándote el recuerdo del viaje, por culpa de las monedas extranjeras, mira si eran perras.

Ahora viajas a cualquier lado y tus euros te están dando prestigio alla donde vayas. Que hasta el dólar dobla el espinazo como la reina de Inglaterra frente a la duquesa de Alba. Nos ha dotado de una seguridad frente a los otros que no teníamos. Que antes parecíamos el primer país de Africa y ahora somos la octava potencia mundial, merecedores de estar allá donde se debata de economía, aportando nuestras soluciones a la crisis del mismo modo que logramos entender que el café ahora salga por casi 200 pesetas de las de antes. Será que ahora traerlo de Colombia sin que entre en la partida ninguna saca de cocaína cuesta más. Normal, pagamos en euros que son moneda de más fuste, donde va a parar. Basta comparar la moneda pequeñaja que teníamos de doscientas pesetas, que sí, muy cuca y muy bien terminadita, pero no será mejor el euro, que es la moneda que tenemos a cambio, con esa aleación de colores plata y oro. Que no da alergía a nadie ya que nadie se quejó de tener demasiadas.

Yo voy por el mundo ahora con mucho más aplomo. Y no soy de llevar el bolsillo lleno de monedas, que las más de las veces me toca mandar mensajero para pagar mis cafés, pero yo voy con la VISA que se entiende mejor con el euro que con cualquiera. Y estoy dispuesta a pagar en el extranjero entregando la tarjeta reluciente al tiempo que aclaro "en euros por favor". Porque el euro es la moneda que nos salva de ser más vulgares.

Alguien dirá que esto del euro tiene que ver con la crisis que nos cuentan. Pero ¿dónde está la crisis? Ayer compré dos billetes de avión para Sestea desde Madrid a Santander. ¿Alguien adivina el precio de la ida y vuelta?

No hace falta, ya lo digo yo. 1 euro con 92 céntimos.

¿A ver cuando en el pasado pudimos viajar 600 kilómetros por 319 pesetas? Y en una hora oiga, que no se trata de ir tirando de un carro ni empujando cuesta arriba un autobús. Así que no vengan ahora a contarme que hay crisis ni que todo está disparado. Que viajar en avión cuesta menos de dos euros. Así que si surge alguna contrariedad uno no anula el viaje, pasa de cogerlo y en paz. Con chulería incluso, a tomar viento el vuelo, y nunca mejor dicho.

A mí esto me ha cambiado la vida, y lo veo todo con optimismo renovado. Me creo capaz de cualquier cosa. Aunque ahora mido las cosas por el valor de los vuelos. Mi moneda ya no es el euro, sino el vuelo.

Así puedo contar que me he comprado una bolsa de arroz negro, echar a la sartén, remover y listo por algo más de dos viajes Madrid-Santander ida y vuelta. Es decir por 4 viajes de avión.

Y luego dirán que sube el carburante, y que las compañías aéreas tienen problemas. A otro perro con ese hueso. ¿O es que ahora Ryanair vuela con los depósitos llenos de agua?

Que digo yo que aunque así fuera, por el precio de una botellaja de agua uno puede irse por lo menos hasta Burgos, aunque hacen falta ganas, con el frío que hace.

Yo creo que no debemos creer ni una palabra de lo de que hay crisis. Son solamente ganas para dar que hablar. Es como lo de McCain y Palin, en realidad no hay bipartidismo, estos dos son hombres de paja, solamente para hacer bulto. Es claro que no van a ganar. Así que hemos de temer la llegada de Obama porque en realidad es la única alternativa plausible. Ha hecho campaña contra Coco y Doña Rogelia, no podrían gobernar porque no podrían haber ganado nunca, todo fue puro entretenimiento, una cortina de humo nada más.

Pero yo ya no tengo temor con Obama, no puede ser peor que Bush ni comiendo galletas.

Además éste lleva escritos dos libros.

Para mí bastante.

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