miércoles, 13 de septiembre de 2006

Las prisas no son buenas

Sorprendí a mis padres a traición. Ellos paseaban por la playa y les abordé por detrás con un sonoro "Hola" que les hizo voltear las cabezas asombrados. Pensaban que llegaría el 15 y les sorprendí tras 4 meses sin vernos, una semana antes. Sus caras de sorpresa no tienen precio. Es verdad, no hay dinero que las pague. Salí un viernes por la noche y retorné en el avión de las 7 de la mañana en dos pasos, haciendo escala en Madrid. Tras algunas esperas a media tarde estaba de regreso en casa. Hay algo curioso, a estas alturas uno no sabe si cuando va regresa o regresa al volver. Supongo que ahora tengo dos casas.


Vuelvo hacia Valencia este viernes. De nuevo a cenar allí. Pero esta vez para más tiempo. Para pasar unas vacaciones que llevo ansiando toda la semana. Quiero unos días en el Perelló. Tumbarme en la arena a tomar el sol e ir al pueblo a tomar el café del mediodía. Acompañar a mis padres a comprar jamón serrano. A echar una quiniela, una primitiva... La vida allí no es más que unas cuantas cosas sin demasiada importancia. Tomar el sol en la "estrella" o en la piscina. Pero me muero por repetirlas una a una.

El martes vuelo a Florencia y sé desde ya que será un viaje único. Esto sí es un paréntesis. Vivir algo nuevo. ¡Qué ilusión tengo!

Nota mental: Comprar una tarjeta de memoria para la cámara de fotos. Bueno voy a apuntarlo en la agenda, no nos fíemos demasiado de mi memoria (sin tarjetas).

Leo que Edonkey ha caído en las redes legales de esas discograficas y demás. No quieren que intercambiemos música gratis. Las cosas gratis no les gustan. Por eso pagamos un canon en cada CD virgen, por derechos de autor. Aunque yo guarde en los cd's algunas fotos mías ¿les pido que me devuelvan el canon en este caso?

Nos lo quieren poner tan difícil que al final lograrán que tenga remordimientos por descargar de mucho en mucho. Que barra libre más desaprovechada.


Mi hermana Ichi quiere comprar un coche aunque le da miedo conducir. Pero cree que con coche nuevo los miedos se evaporan. Supongo que porque se extreman las precauciones cuando se corre el riesgo de arañar algo de estreno. No permitiremos ni siquiera una mota de polvo.

Yo necesito también un cochecito. Para moverme de aquí a allá que hay mucho por ver y me lo estoy perdiendo. Lo que pasa es que yo soy un comprador feroz. A mi no me embaucan tan fácil como a ella, que ya le está llamando esta mañana el comercial acerca del Hyundai Getz (micro-coche) para decirle que le regala el Blootooth y la niña ya le está casi dando el sí. No soy yo nadie llamando a los concesionarios. Diciendo a tirios y troyanos que unos me lo dejan en tanto y los otros en ¿cuánto?

13.300 euros pagó Sestea por su flamante Polo. Ni menciono que ahora tengo tarifa plana de teléfono fijo. Puede ser que no deje un concesionario sin llamar.

Acabé ayer noche "La fiesta del Chivo". Y hoy estoy algo triste. Acabar un buen libro es quedar un poco huérfano. Porque quiero volver a esa historia y la historia se ha acabado.

No hay comentarios: