Parece que si uno se pone de vacaciones es para todo. Por eso no vengo por aquí, ni escribo ni nada.
Y conste que tendría que hacerlo, pues hay montones de noticias que darían para un párrafo, la del fulano aquel que mató a su hermana después de pasar la noche matando perros y pavos en un pueblo de Badajoz. El tipo se conjuró para no llegar a fin de año. Decidió tirar la vida o lo que fuera por el retrete.
O como no hablar del juez del Tribunal Constitucional que sacó la pistola para intimidar al otro en una discusión de tráfico. Dice el otro, un ladrón de coches con juicio pendiente que aquel juez era muy poquita cosa, pero con muy mala leche. Y es que algunos quizá por no resultar suficientemente rotundos necesitan aditamentos complementarios. El volumen del coche les acerca a aquello que quieren ser. Se ven en el reflejo de un concesionario y dentro del inmenso todoterreno ni siquiera se reconocen.
Al menos el juez tuvo cerebro para algo más que para dar la razón a Rajoy por elegirlo, decidió que con mostrar la pistola bastaba. Otro más tonto, así en caliente, dispara.
Por ejemplo el apodado "el bueno". Tenía la misma ira dentro de las entrañas y ahora está en el anatómico forense.
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