La gente sale a celebrar el fin de año con matasuegras, qué palabra, y con pelucas de colores. Creen que cambiar de año es digno de celebración. Yo, que he celebrado muchos cambios de año no opino igual. Este año no.
Creen que viven un día único que debe ser celebrado, pero no se dan cuenta de que todos los días son únicos, que no habrá un 2 de enero del 2oo8 nunca más. Que tendría que ser celebrado tanto como aquel 31 de diciembre.
Son caprichos del calendario, nada más.
Yo me quedé con Sestea en casa, y pasamos la Nochevieja más tranquila y acompañada del mundo. Hoy sin embargo ella se ha marchado. Así que hoy no es día de celebraciones.
Pensándolo bien, el 31 era un día con motivos sobrados para echarnos a correr por la calle. O para buscar por el sofá el mando de la tele con ganas de perderlo.
¿A ti qué te parece?
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