lunes, 28 de abril de 2008

Integrándolos

Seremos tu cordón umbilical.

La 69.G - Joaquín Sabina.



Hoy he hecho dos cosas de gran importancia. Uno, he puesto la lavadora. Llevaba todo el fin de semana con ganas de ponerla pero no me atrevía. La pereza de cargar toda esa ropa hasta introducirla en un "bujero" tan pequeño como tiene el chisme me tenía paralizado. Y dos, he ido a la piscina a nadar. La natación me deja nuevo, hasta me veo más joven.

Tengo que reconocer que en un primer momento al hacer la primera de las tareas me di por conforme y me dije que habiendo cumplido con una no había porque tentar a la suerte llevando a cabo la otra. Alguien dirá que bastante tendrá que ver una y otra, que no son incompatibles, ya lo sé; pero si no nos dejamos nada para luego ¿qué haremos mañana?

Como viene siendo habitual vengo vivo para decir, y bebo en las candentes noticias de nuestros diarios digitales. Así he conocido que Rajoy no da una puntada sin hilo, y como se ha hecho tan amigo de Camps le ha exportado la idea del contrato de integración, que es una cosa muy buena, a tenor de la insistencia en implantarlo, y del que ya vamos conociendo cualidades tan valiosas que uno se pregunta como subsistió hasta ahora.

Habrá un antes y un después del contrato de marras. Vamos a recibir más inmigrantes solamente por el placer de firmarlo.

Cuando uno ve a alguien mayor, bastante entrado en años vaya, vestido con traje y corbata tiende a pensar que está ante alguien serio, claro que la prueba del algodón viene después, cuando el fulano abre la boca.

Por eso ver sentado a la mesa al conseller de Inmigración y Ciudadanía de la Generalitat Valenciana Rafael Blasco puede imponer un poco, pero si luego se le oye hablar de implantar el contrato de integración de Rajoy, que pronto implantará también a su niña en algún barrio de Valencia o Murcia, ahora que Madrid se le hace hostil, entonces cualquiera piensa que ser conseller de tantas cosas como ser conseller de la nada, o ser conseller de las nubes y de las estrellas, o de los átomos, o de las lentejas.

Nos aclara Don Rafael que los inmigrantes deberán asumir "nuestro modelo de convivencia y nuestra escala de valores" pero como quiera que aquello es hablar del sexo de los ángeles, nos tercia una aclaración para que se le vea instruido en la materia, no por contra habrá sido el propio Rajoy el que le habrá brindado provechosas clases particulares. "Que los inmigrantes se comprometan a respetar los derechos humanos y el sistema democrático".

Mira tú por donde Blasco da en el clavo. ¿En qué salvaje oeste hemos sobrevivido hasta hoy que necesitamos que los inmigrantes respeten los derechos humanos a partir de ahora?

Yo me echo a temblar pensando en cuanto pueden tardar en aprobar lo del contrato vinculante del binomio Rajoy-Blasco. Espero que cuando lo aprueben lo hagan con efecto retroactivo para que los que ya están tengan a bien respetar los derechos humanos también, y no solo los que lleguen a la Comunitat a partir de ahora. Bien pensado en un acierto, a partir de ahora todos aquellos foráneos que tuvieran la intención de ir a la Comunidad Valenciana para vulnerar cualquiera de los derechos humanos se lo pensarán dos veces. Esto es ingeniería política del más alto nivel.

Temor me entra por el resto de comunidades. Por esta patria verde asturiana, con lo bonita que es y lo desamparada que queda sin contratos de integración a los que acogernos. Quizá podamos hacer una fotocopia del de allí y puedan firmar los de aquí también los mismos deberes que allí se recojan tan sagazmente.

Porque tú imagina que en las próximas elecciones los inmigrantes quisieran vulnerar nuestro sistema democrático. Por ejemplo haciendo piquetes ante los colegios electorales para que no podamos entrar a votar. Sin embargo si les damos a firmar el contrato, entonces no pueden hacerlo. Ni nos van a echar por los suelos las urnas con los votos, ni nos van a hackear el recuento electoral para que nos salga de presi Sarkozy, Chávez o Aznar.

De manera que ya sabemos lo que es el contrato de integración. No era algo que tuviéramos muy claro porque a Rajoy dos debates de dos horas no le alcanzaron para entrar en pormenores. Y como el otro no estaba por la labor de preguntar...

Sin embargo, ahora nos damos cuenta, estos políticos se las saben todas. Tantas horas de arduo trabajo les da para conseguir hallazgos de dejar boquiabierta a la ciudadanía de este país mediano.

No son personas, son genios.

Siempre tienen un as en la manga. Un conejo en la chistera.

Yo no podría quererlos más. Creo que estoy enamorado.

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