La excusa más cobarde es culpar al destino.
Amores imposibles - Ismael Serrano
Coincido un momento con Su y le digo que me vengo para escribir un párrafo. Me dice que "buena inspiración", pero dejemos eso para el día en que tenga que escribir una novela, que para escribir impresiones y describir las torceduras de la vida no requiero de nada más que unos minutos y una pantalla en blanco como esta.
Barruntaba la posibilidad de escribir sobre la selección, pero la verdad es que me da mucha pereza entrar en pormenores. Y soy realmente injusto, porque mis pensamientos acerca de la selección de fútbol son de una elocuencia sin igual, y de un rigor táctico que ni el sabio de Hortaleza, ni cien que supieran tanto como él. Y la verdad es que en casi todas las esferas de la vida soy apenas un aprendiz, aunque peine canas ya, que las peino, pero en lo que se refiere al análisis de los grupos humanos, especialmente los deportivos y acerca del fútbol de competición en particular, debo ser uno de los más atinados, por mi don para la observación minuciosa, sobretodo.
Es por ello, por mi pereza en entrar al detalle y por mi egoísmo de no querer compartir mi sapiencia, que dejaré aquí apenas un retazo.
Selección de jugones. STOP
Torres es un fardo que se mueve torpemente. STOP
La historia se entiende por como acaba. STOP.
Con esos mimbres yo también hago un cesto. STOP.
Ahora las gentes se rasgan la roja porque Aragonés se va tras el dinero turco, porque no tuvo otra opción dice, con lo patán que es y ha sido siempre. Claro que debe ser condición sine quanon para ejercer de seleccionador porque esta Eurocopa me ha servido para descubrir que Camacho es aún más patán, y de una inteligencia corta como eran los pases de Albelda cuando jugaba.
Yo creo que es porque las personas tienden a juntarse con sus iguales, o al menos con aquellos con los que comparten rasgos. Así no es raro habida cuenta de cómo es el presidente de la federación de fútbol.
Cualquiera podría ponerme a caer de un burro o decir que no tengo ni idea, pero renuncio a la tarea de procurar convencer a nadie. Dejaremos a esos cuantos pidiendo disculpas a Aragonés por no haberlo apoyado ciegamente en los tiempos tenebrosos en que perdíamos con Irlanda y demás selecciones mundiales. No sabíamos que en Aragonés habitaba un héroe, dispuesto a luchar sin gafas contra el temporal como un gigante de epopeya guiando el destino del mundo. Contra su menton como faro rompen las olas de todas las ingratitudes.
Sólo diré que mi alegría de ayer era sincera y casi emocionada. Por cuanto es un final feliz y difícil. Quien me conoce un poco sabe que nada me dañó más que los imposibles, los finales se dieran como se dieran me afectaron tanto tantas veces...
- Te perdí cuando subí a aquel coche. (Vanilla Sky)
Y no seré yo de aquellos que se envuelvan en banderas para salir a la calle, que yo siento España sin dolor, y me alegro de nuestros triunfos porque veo a los otros como si fueran mis hermanos, quizá ahora más que nunca porque se empezaron a mostrar como tales incluso, pero los nacionalismos exacerbados se me han perdido con los años. Son etiquetas que no necesito para seguir vivo.
Es por eso que cuando veo al señor Urkullu con ese mal talante porque le molesta que le pregunten por la selección española, me pregunto si con aquella mala cara no le dio por viajar por el mundo para descubrir que las fronteras son mentira. Que no hay más fronteras que las del idioma, cuando las hay, por desgracia.
Parece mentira, tan crecidito y tan inmerso en niñerías para jugar con el lehendakari. ¡Viajen ustedes por el mundo, hombres de dios! ¡Que perra han cogido con levantar muros! Preocúpense de lo importante y no acerca de discutir cuestiones semánticas. Que antiguos son, madre mía. A estas alturas con esas, en pleno siglo XXI.
Este es mi planeta, lo quiero conocer entero, palmo a palmo, y mis hermanos son los mejores jugando al fútbol. Ahí queda para el recuerdo una parte de un partido como si fuera una obra de arte digna de marco y museo. Son capaces de hacer fácil lo difícil. Aunque es solamente difícil para los otros.
Para el que no tiene talento.
Ellos lo tienen, por eso en vez de discutir chorradas nos hacen felices.
Yo creo que a partir de ahora podremos hacer cualquier cosa, todo lo que nos propongamos.
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