Abriendo bien los ojos, fiarme en los detalles.
Detalles - Chambao
Daría mi particular visión acerca del partido de ayer, pero como es casi seguro que por culpa de la miopía yo vi un partido distinto al que radiaron los comentaristas, a estas horas estoy convencido de dejarlo pasar con torería, lo mismo de José Tomás con todos los toros que se cruzan por su camino, a todos les tira al menos un pase bien "dao" de cerca y sin mover los piezucos, no como aquel gitano viejito que no se retiraba nunca por el valor de la "pela" y que toreaba con el mando a distancia y estirando los brazos lo mismo que el inspector Gadget. Claro que los entendidos afirmaban que un pase suyo valía más que cien de los de otros, simplemente porque el arte suele ser fugaz y raro. Y la espera siempre merece la pena.
Digo que no diré ni palabra del partido porque debe ser que no siento España tan hondamente como Camacho que hasta se le nubla la visión con penaltis que no son y repasa de jabón a nuestros acobardados muchachos porque todo lo hacen bien, porque son España con todos sus pueblos y particularidades, todo lo nuestro, faltaría más. El problema de sentir algo tan dentro y de manera tan acusada radica en que se nubla a la par que la visión el juicio, y no es raro que así se disculpe lo injustificable o no se vean los defectos por tener anulado el sentido crítico. Ocurre igual en el amor, pues probablemente esta forma de considerar lo patrio es amar también, y a mucha honra. Somos incapaces de encontrar el fallo al ser amado, porque descansa en las nubes y en la bruma, está siempre y es inolvidable.
Prefiero por tanto recordar con media sonrisa mis risas del sábado por la mañana, cuando tomando el café estuve a punto de caer de la silla de las carcajadas, quien lo diría, leyendo el periódico.
Es conocido que el alcalde de Estepona, éste del PSOE, era un mangante que como no estuvo en los tiempos en que González permitía que la gente metiera mano en los fondos reservados, que no eran reservados ni nada, estaban ahí para pagar sobresueldos e incentivos a gerifaltes e intermedios, como quiera que no tuvo esos aguinaldos bien merecidos, prefirió montar una caja "BE" por su cuenta. Que de seguro que hay escuchas bien claras en que afirma:
- Y eso por la caja BE. Bien "contabilizau".
Pues bien, este fulano, médico de profesión por más señas, está siendo juzgado como paso previo, aplicación de la ley mediante, a ser declarado culpabilísimo y digno de ingresar en nuestras cadena de prisiones, que sin ser una franquicia todas se parecen mucho unas a otras, presumo. No conozco ninguna aún de puertas adentro. Y lo que yo diga en este espacio importa tan poquito, y está tan amparado en la libertad de expresión que no merezco ser perseguido ni siquiera por las mozas, y bien que me pesa.
Por cierto, ¿por qué los expertos charlatanes deportivos hablan de un balón o una ocasión que lo dejó en franquicia? ¿acaso no saben que es en franquía? ¿Por qué ninguno aún lo dijo bien?
Olvidemos eso.
Decía que este fulano había montado un tinglado de corrupción embadurnando de tentaciones difíciles de rechazar a sus satélites, y el otro día se fue al juzgado con la barba de tres días y procurando la misma sonrisa que ponía cuando fue buscando novia al "Viva los novios" hace 14 años, cuando se tenía por alguien muy formal, algo rústico y honrado.
Pero lo bueno del asunto es que fue recibido por auténticos profesionales de la bronca, un número indeterminado, no precisa el periódico, que lo recibieron a gritos de "delincuente" y "chorizo", como debe ser.
Yo cuando veo estas cosas me doy cuenta de lo muy ociosa que está la gente, y lo muy aburrida, pero la verdad es que hasta a mí me parece un buen plan para una tarde desocupada. Ponerse ahí detrás de la valla metálica a cagarse en la madre del fulano, lo mismo que si hubieras ido al fútbol pero sin pasar por taquilla.
Aunque lo mejor de todo es que esta gente que se congrega para tan nobles menesteres, y tan entretenidos, como no saben muy bien quien es el malo, porque ahora los malos van con la cabeza muy alta, muy orgullosos de volver a salir en la tele, aunque sea por estas, y se las ingenian además para disimular las esposas poniendo un pañete en las muñecas, que salen rodeados de policía, que parece puesta ahí para proteger su celebridad, la gente se hace un lío mirando a los unos y los otros, y no aciertan a distinguir quien es el malo y quienes los buenos, si los hay. Así que hacen los que haríamos todos, que no es volverse a casa a encender la tele, evidentemente.
Se ponen a insultar a todo lo que se mueve y a todo el que pasa, y santas pascuas. Así un par de fiscales anti-corrupción de Málaga, que entraban al juzgado precisamente porque son los que saben como enchironar al pájaro fueron recibidos a gritos broncos:
- ¡Delincuentes!, ¡Chorizos!
Y yo cayendo de la risa de la silla.
En verdad esto es muy bueno. Si tu vas a un fiscal de estos en plena calle y logras acercarte tanto como para que te oiga gritar ¡chorizo! lo más probable es que termines limpiando las letrinas de Alcalá Meco, y eso si no te parte las piernas allí mismo el guardaespaldas. Sin embargo si lo haces de ese modo, amparado por la ignorante y festiva masa de gente desocupada, entonces la cosa es para troncharte.
¿Cómo sino ibas a poder cagarte en la madre de los fiscales y ellos entrando a toda prisa?
Es verdad que la gente es genial.
Yo creo que si hubieran sabido que aquellos eran los fiscales o los jueces no les habrían gritado nada de eso. Quizá sí:
- ¡Parásitos!, ¡Tortugas!
Y todo por esa mala prensa de los expedientes encima de las mesas.
Que mala es la tele. Hecha la fama...
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