domingo, 4 de abril de 2021

Mi idilio con la de las loterías va mal. Mal porque ya no me visita ni me da buenas noticias. Por olvidar olvidé hasta el color de su confeti. Y no es que yo no haga por vernos, que compro puntualmente para cada sorteo. Ahí está mi última columna de la Primitiva por ejemplo, y la última del Euromillón, siempre con los mismos números, siempre porque si no salieron, queda cada vez menos, ya saldrán.

Pero otras veces ella viene casi por nada. Dice que viene por darme no sé qué euro o tres o cuatro, pero yo creo que lo de menos es el premio que esté dispuesta a darme, es solamente un pretexto que emplea porque lo pasamos bien, lo que importa es disfrutar de un rato chulo, con el confeti y la fiesta, poniendo todo perdido, cantando lo de que la vida es una tómbola de luz y de color. Yo no bailo, pero la veo en su jovialidad y la animo y doy palmas como el mejor...

Pero ya no viene. Le tengo perdida la pista. Puede que haya pedido el traslado, ya no se encuentre en la ciudad, se haya pasado al sorteo del Lototurf, que no sé ni lo que es pero que tendré jugar también. Que lástima las veces que vino y yo no tenía ganas de nada. Que le aplaudía el confeti solo porque se fuera.

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