sábado, 17 de abril de 2021

Siempre he sido muy impulsivo. No sé cómo se va a tomar el del concesionario que le anule el pedido. Después de todo me insistió mucho en si era seguro que me lo quedaría.

- Pero es seguro eh? No me hagas pedirlo para nada.

Y yo que sí, que sí. Un sábado no iba a dejar de visitarme la del confeti, no me cabe en la cabeza. Y después justo del sorteo del Euromillón, eso es forzoso una lluvia de millones.

Todo esto de dónde esperaba sacar el dinero para pagarlo no se lo dije, obviamente. No conviene vender la piel del oso antes de cazarlo. Le dije simplemente que en mi Rolex eran casi en punto y esto pareció tranquilizarlo.

Ahora ya no creo que vaya a quedarmelo. Las posibilidades de que porque le sobra vaya a regalarmelo son mínimas, ni aunque yo le resalte que a sus jefes no les vaya a parecer bien un exceso de stock.

Podría ser que a la del confeti de le pegaran las sábanas. Es joven y ya se sabe que la gente joven trasnocha. Pero suele venir simplemente con la cara lavada, síntoma de que lleva una vida ordenada y de gran profesional.

Con el dinero no se juega, me dijo una vez. Claro que al instante pareció arrepentirse, sin duda cayó en la cuenta qué era una frase desafortunada aunque sincera, teniendo en cuenta quién le paga.

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