Yo echo mano siempre de las mismas palabras. Son como un pequeño ejército a mis órdenes pero a veces las palabras no son suficiente. Se muestran incapaces. Las varío en orden, las expongo llenándome de interjecciones pero no consigo gran cosa. Quedan a mitad de camino, en tierra de nadie, en el centro de una playa un día de viento.
Se vuelven incapaces y por incapaces, sin sentido.
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