Alrededor de las 3 de la tarde me han atropellado. Yo cruzaba el paso de peatones bajo mi casa y un Peugeot grande me ha levantado del suelo, me ha llevado en el capó 2 o tres metros y al frenar me ha dejado caer al suelo.
Mis padres, con los que hablé por teléfono al llegar a casa, han insistido en que fuera al Centro de Salud y he ido. Apenas tengo un hematoma y dos erosiones en la pierna. El dolor de cabeza inicial ya pasó. Supongo que surgió fruto de la tensión del momento.
Dicen en Urgencias que igual más tarde me duele el cuerpo. Me han recetado Ibuprofeno por si acaso. Y la de la farmacia dice que debiera denunciar para que la gente que conduce sin mirar deje de hacerlo.
Obtuve el número de matrícula del coche aunque le dije al chaval que se marchara, que yo estaba bien. La verdad es que nunca me vi en nada igual. No sabía qué hacer. Tengo el número de teléfono de tres viandantes como yo que vieron como me sacó en volandas del paso de cebra.
Una de ellas, una señora mayor me decía que hoy he vuelto a nacer. Yo solamente sé que pudo ser mucho más grave pese a mi determinación de viajar a Florencia durante tres días de Septiembre.
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