Vengo del Día. Me acabo de sacar la tarjeta para tener los productos más en precio. ;)
El caso es que según salgo por la puerta me doy cuenta de que la primera línea: Pizza Campestre está repetida y yo solamente he comprado una. Apenas he mirado más abajo en la nota, me he vuelto y le he dicho a la chiquilla que creía que el lector contó el producto dos veces (más que creer estaba seguro, rayando la certeza). Me lo ha confirmado y me ha abonado el precio de una. A continuación me ha dicho que debía quedarse con mi ticket y yo le he dicho que me parecía muy bien, aunque la verdad es que después no me ha parecido tan buena idea, pues vete tú a saber si más abajo no habría algun producto duplicado o triplicado, que esos lectores electrónicos por incomprensibles (entienden de códigos de barras indescifrables) parece que son más dados a la multiplicación que a dividir. En cualquier caso éste será un interrogante sin solución, pues no volveré a revisar nada y daré por buena mi sagacidad para encontrar el error, aunque sea solamente el primero de ellos.
Hablaba el otro día con Sestea y me contaba un sueño. Se imaginaba en una montaña muy alta y por alguna razón debía descender por un hueco entre las rocas. Una obertura en la piedra por la que debía arrojarse, teniendo el suelo firme a infinitos metros. Ella como es muy lista decía que así, lanzarse por el hueco sin paracaídas no le hacía demasiado, y alguno de sus acompañantes, me aseguró que yo no estaba entre ellos, ofreció para la caída unos arneses. Entonces ella dijo que sí, que así con aquello, sí. La cosa es que parece que fue otro el primero en intentar el descenso y por lo que sea, el viento o lo que fuera, esto no quedó claro, aquel se golpeó la cabeza contra la pared y quedó semi-inconsciente (yo suelo estar semi-consciente la mayor parte del tiempo, pero eso es harina de otro costal). La cosa es que cuando le hablaban desde lo alto aquel había mutado, quizá del mismo golpe. Ya no era el tipo que inició el descenso, ahora era y tenía la cara del portero de "Aquí no hay quien viva" y como estaba atontado del encontronazo hacía ese "ay, ay, ay" que le es tan característico y gracioso.
Conclusión, no soy el único que alguna vez ha soñado tonterías.
Parece que hoy sale el sol por fin tras unos días de nubes. Porque apenas llueve. Solamente se llena el cielo y el sol queda como tras una cortina de algodones. Tengo la certidumbre de que alguien en Madrid, alguien poderoso al mando del medio televisivo tiene un gran afán de desprestigio para todo el norte. Hace bien poco escuchaba el final del noticiario de la emisora de radio Kiss FM. Apenas llegué a las últimas palabras que fueron:
"Y en el Cantábrico, algunas lluvias".
Nos ha jodido. Ahí es nada. Como la cornisa Cantábrica es poca cosa se descuelgan con esa frase que es como oírle decir a dos extranjeros que en España hace sol. Lo hace unos días en unos sitios y no lo hace en los mismos sitios otros días. Lógicamente en algún sitio del Cantábrico lloverá. Dicen esa obviedad y nos quedamos la mar de frescos. Para eso no necesitamos conocer para nada el Meteosat ni saber, a ciencia cierta, qué es una borrasca. Bastaría con asomarse al micrófono sin salir de la cama, sin mirar por la ventana...
Tengo comprobado que alguien al frente de los servicios metereológicos de la capital quiere mal a las tierras del norte. Quizá por lo bonitas que son con tanto verde. Si uno atiende a los fulanos que nos dan el tiempo podría parecer que aquí en el norte estamos siempre con el paraguas sobre la cabeza. Y aunque es cierto que el tiempo resulta de lo más imprevisible, ocurre y ha ocurrido que el sol y la lluvia se den simultáneamente, también es cierto que transcurren semanas sin una gota de lluvia. Y entonces el camino de San Pedro cambia el verde del césped por un tono pajizo. Hasta yo en esos casos miro al cielo deseando lluvia.
La cuestión es que cargar con esa bien tramada campaña de desprestigio metereológico, orquestada por todas las instituciones metereológicas o por todas las cadenas de televisión para sus espacios del tiempo es algo que por aquí se lleva divinamente. Será que los nórdicos de la península no quieren que sus pueblos y ciudades se llenen más aún de gente de fuera. Dan por buena ese tópico de la lluvia constante si a cambio pueden seguir encontrando al menos un hueco para tender la toalla bajo un sol abrasador.
Vuelve el sol hoy tras unos días de nubes sin lluvia. El sol está siempre, todo el tiempo, pero aquí echamos la cortina antes que nadie.
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