Pregúntame si quieres.
No puedo enamorarme de ti - Antonio Flores
Tiene mérito venir sin saber pa qué. Mira que he estado mirando la prensa por ver si logró activar mi sentido arácnido de Spiderman para que las palabras se encuentren solas. Encontrar algo digno de mención en eso, la actualidad, tan en boga desde siempre.
Y vaya que no hay un chisme político que logre enervarme lo suficiente, ni siquiera recordando mis bestias pardas del Partido Popular, pasado y presente. Ni tampoco el desharrapado pelotón de náufragos que gobiernan, sin saber muy bien si es gobierno lo que hacen. O quizá estamos bajo el gobierno de las olas, esta marejada tormentosa como un Titanic en minúsculo contra un iceberg que es la Antártida entera.
Nada me impulsa a seguir escribiendo. Y mira que podría contar cosas...
Volviendo a la actualidad nada más mencionar que han cogido a Pepe "el del Popular", que hizo un butrón a las cuentas allá por el 91 en las cuentas de su oficina del Popular en Santander. ¡Pero quién querría tener cuenta abierta en ese banco! ¿Acaso no queda ninguno más?
Claro que los más sagaces observadores, gentes que no miran sino auditando, que van por la vida audita que te audita, hoy el reloj y mañana el partido del fútbol de pago. Ahora, éstos debían ser los mismos del mercado de valores americano con Madoff, pues encontraron, así mirando desde lejos, aguanta y tente tieso, que alguna anomalía debía haber. Escucha, algo hay, no me digas qué, pero vamos a ver si echamos un vistazo al tema como más en profundidad, mañana te enviamos a un par de avezadas águilas reales.
Es el sexto sentido que yo quiero tener y que tienen solamente ellos. El sentido arácnido del que presumo para darse cuenta de que hay algo que no cuadra. Un presentimiento, puede que hasta una intuición femenina.
Claro que el bueno de Pepe no se espera a que lleguen. Y pone pies en polvorosa rumbo a México. ¡Porque no todo México es pasto de terrorismo y de atentado! ¡Ni todos los taxistas son secuestradores!
Así que cuando los pavos reales se quieren dar cuenta, un poco a las corrientes y otro poco a las libretas, les están faltando 6000 millones de las antiguas pesetas. Gracias que lo vieron. Éstos no tienen porque ir a graduarse la vista.
Lo peor es que cuentan que el Peponcete (hay que ver que carrillos), ofrecía sus anotaciones paralelas a un muy selecto grupo de clientes. ¡Que no todo el mundo merece la pena ser estafado!
¡Para serlo hay que valer!
Unos trescientos de un total de dos mil que tenía la oficina. El alma de la fiesta. Claro que este Pepete les decía que él les daba un interés estupendo ¡quién lo pillara! del 12% cuando la competencia ofrecía dos puntos menos. Claro que les aclaraba que por amor de dios se movieran por la vida con discreción y sin hacer alarde de esos dos puntos ante los pobres que sacaban solamente el 10% para sus ahorros. Y ya en voz baja terminaba aclarando que estas cuentas eran absolutamente opacas para Hacienda (que somos todos), supongo que porque él mismo estaba dispuesto a poner su corpachón entre el sol y la luna, o eso debieron pensar todos, pues nadie se preguntó acerca de porqué habrían de ser opacas sino se trata de un chanchullo de lucrativas proporciones. Así que todos dieron su bendición a los manejos, aunque resultaran sospechosos hasta para Rompetechos. Y se dedicaron mientras tanto a compartir ascensor con los vecinos mientras los miraban por encima del hombro, pensando para sus adentros aquello de un 12 por cien, pasmado.
Lo malo fue que no hubo 12% sino puente de plata. Y el fulano se fue a vivir a México. Y luego su esposa, burlando el férreo control judicial y extra-policial al que estaba sometida, con la obligación ineludible de presentarse cada 15 días en el juzgado, así dejando tiempo pero sin atosigar, pues todo el mundo sabe que planear y coger un vuelo al extranjero no lleva menos tiempo de 20 días. Al menos si uno aspira a que las vacaciones queden medianamente apañadas.
Y luego, reunidos los amantes (y la guita) triunfó el amor. Marido y mujer se hicieron uno en las calles de México. Y se dedicaron a vivir sin cometer delito, desfalco o falta leve durante los últimos 18 años. Hasta que la Interpol se tomó en serio su consideración de Interpol y se dijo que, faltaría más, con la Interpol has topado, ahora te vas a enterar. No encontraremos a Antonio Anglés, que ni sabemos quien es ni lo estamos buscando, pero a ti te tenemos intervenido el zulo bajo la alfombra, al estilo Sadam Hussein, con nuestros micros indetectables por GPS. Y mirando por la ventana con nuestras miras telescópicas y nuestros satélites hemos detectado que la alfombra que cubre tu techo quedó movida dos pulgadas cuando tuviste que salir corriendo hacia el retrete.
Claro que no hubo que usar tanta tecnología para cazarlo. Después de todo el tipo solamente necesitó emplearse allí con identidad falsa, a buen seguro no muy difícil de conseguir por esos lares, ¡si hasta yo mismo gasto aquí una identidad más falsa que una moneda de dos caras! ¡Que Anado Uni es un invento! ¡Que no me llamo así!
Pero de vivir en un zulo nada de nada. El hombre era representante comercial para no sé cuantas firmas. Vamos que por lo que leo casi era un pez gordo.
¡Pero no habías pillado 6000 millones!
Madre mia que mal está la cosa si con 6000 millones uno no puede parar de trabajar.
He aquí dos vicios poco comunes, por lo que voy observando:
Uno bueno,
trabajar;
y otro malo,
robar.
Robar a manos llenas. Robarlo tó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario