Este adiós no maquilla
un hasta luego.
Este nunca
no esconde un ojalá.
Estas cenizas
no juegan con fuego.
Este ciego no mira
para atrás.
Este notario,
firma lo que escribo.
Esta letra,
no la protestaré.
Ahorrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.
A este ruido,
tan huérfano de padre,
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca.
Este loco se va con otra loca.
Estos ojos no lloran más por ti.
Joaquín Sabina
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