Allí, donde tú dices.
Albanta - Silvio Rodríguez
Un puñado de navegantes de la Internet están apesadumbrados. Tormenta se va de viaje a un sitio donde no hay conexión, un sitio remoto como aquel en el que se secuestran pesqueros por piratas descamisados y sedientos de dólares, pero en Galicia en vez de África.
¿Qué sitio es ese en que no llega la banda ancha? ¿Como pueden llegar a vernos desde la China y no desde el prado verde del vecino? ¿Cómo podrá seguir contando si no hay rutas invisibles a la Red?
Cada blog es un castillo de fuegos artificiales. Estalla en el cielo pero permanece. Se queda flotando para siempre.
En verdad si uno lo piensa un poco se da cuenta de que este blog, su blog, el blog de cada uno tiene gran importancia. Es por ello que yo invito a escribir impresiones, que es todo lo que la vida nos va dejando.
Profundizando un poco yo mismo descubro que este blog es mi patria. Y no me cuadro muy firmes, ni anhelo que sea más de lo que es, aunque sea tan poco. No mataría por él, obviamente no estoy dispuesto al todo por la patria de los muy patriotas o muy fanáticos, que no se es lo uno sin lo otro.
Pero no deja de ser cierto que no siento más patria que esta hoja inacabable e inacabada. Quizá por mi desconfianza congénita en los políticos, quizá porque Internet no entiende de fronteras ni de guerras. En la globalidad soy una minúscula parte que reivindica su existencia.
Mi vida es un pequeño puñado de personas que conocen como soy.
Este blog procura la mejor versión de mí (aunque pueda ser mejor).
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