sábado, 31 de enero de 2009

La fruta

Cuando deshojo el triste racimo de la nada.

Nube negra - Joaquín Sabina



No sería de justicia si no reconociera que la última jugada del Xuac en la bolsa ha tenido unos efectos demoledores para su fama, bien merecida, de cenizo sin igual. Que era fijarse en un valor de la bolsa y el valor en cuestión se desmoronaba como uno de esos hijos de puta que antes de quitarse de en medio se lleva a toda la familia por delante. ¡No viste que era lo único bueno que hiciste en la vida!

Y no diré que si te mira el Xuac no sea lo mismo que si te mira un tuerto, que sella tu suerte para siempre, como salir a la calle con la nube negra encima, pero quizá ahora en el 2009 el destino esté cambiando, porque el Xuac, con una audacia desconocida ha logró comprar acciones del Santander a 5,40 para venderlas una semana después a 6,44. Total quinientos y pico euros en beneficios que espero tomen forma en regalos para su amigo Anado, o en su defecto en la compra de una PS3 que nos cruce por Liberty City en una de esas tardes en que despierto violento de la siesta.

Ya conté que me ha salido colesterol. No es algo para estar orgulloso. Es verdad, que las venucas se me han vuelto autopistas donde parar por peaje. Por eso en la compra de esta mañana en el supermercado me he comprado sobretodo verduras de esas que van congeladas, ahora puedo, ahora tengo congelador.

Eso unido a una mayor frecuencia en las visitas a la piscina tendría que bastar. Aunque reconozco que estaba también dentro del plan la compra de fruta ¡que llevo 3 años sin tomar una sola pieza! Y la hubiera comprado, peras y manzanas para trocearlas con un cuchillo, pues creo que no tengo nada en contra de la fruta en si misma, sino en contra de morderla con estos dientes. Y también hubiera comprado fresas, si es temporada, y plátanos. Y hasta melón, que me encanta en los zumos de la zumería donde voy en Valencia.

Pero he tenido mala suerte. He vuelto del supermercado sin cruzarme con el rincón o pasillo donde tienen la fruta. Y mira que he ido de aquí a allá con el carrito de asa larga... es más profundo y más cómodo.

Por cierto. Tienen que comprar más. Tuve que esperar en las cajas hasta que alguien dejó libre uno.

Cosas de la crisis.

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