No estuve avispado con la llegada de Internet y no lo he estado ahora. Ni se sabe cuánto hubiera podido pedir a Hipra por haberme mantenido libre de vacunas a estas alturas, virgen para que hagan sus pruebas en mi organismo. Sin lugar a dudas habría podido pedir un cheque de muchos ceros si soy el único sin inmunizar, que no habrá muchos más, al menos aquí en España. Y habría podido pedir mucho porque España no es puntera, que yo sepa, en la fabricación de vacunas, así que al riesgo vital de seguir sin vacunar en Agosto del 21 con la variante Delta campando sus respetos se uniría el mérito de irse a vacunar, fíjate tú, precisamente con la española, que puede resultar cualquier cosa. A eso se le llama amar el riesgo, como los que hacen salto base que no deja de ser ser un inconsciente. Con la diferencia de que está inconsciencia se paga cara, por falta de oferta y gran atrevimiento.
Puede que al final no sea para tanto, y como para mí barrunto que nuestros científicos hayan cambiado simplemente la etiqueta Pfizer por la nueva Hipra. Para que no digan que nuestra cochinería hace el doble de trombos.
Se trata de invertir en etiquetas nada más para dar el cambiazo. Nada que reprochar. Lo nuestro es el fútbol.
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