lunes, 8 de enero de 2007
F(r)icción VI
¿Qué le ocurre maestro? Lleva unos días que no sale de si mismo.
¿Qué le aflige que se ha quedado mudo? ¿Qué hay que no conociera ya por sus libros?
¿Por qué esa cara de muerto en vida?
No me diga que a su edad se ha ido a enamorar. Nunca es tarde ¿verdad? Y después maestro, ¿qué ocurrirá?
¿Dónde se va el amor? Unas veces al cariño y la ternura. O quizá el cariño y la ternura son el amor mismo. Otras al resentimiento y al rencor. Pregunta por la calle, mira a la gente directamente a los ojos, escucha atento lo que quieran contar, fíjate en los que callan, hay formas de entenderlos, quizá por como miran. Hay un mundo más allá de los libros, sal y busca; o sal y espera, vendrá a tu encuentro ¿o vino ya?
Creí que aquello era una historia de amor, lo creí los primeros 300 días, que debe ser el tiempo mínimo que se debe dar a toda oportunidad de amar. Convencido de que el amor sobrevive a la distancia y al tiempo. Era lo nuestro algo de película. Vivido como si fuéramos el centro mismo del universo.
Hoy creo que todo fue una historia de desamor. La agonía lenta de toda esperanza. La caída libre desde la altura.
Tal vez sea ahora más sabio, tal vez solamente esté más triste. Ningún fracaso es peor que los del corazón. Para todo lo demás encontrará a qué aferrarse. El desamor solamente se cura amando.
El maestro lo mira, parece que reparara en él en ese instante. Como si recién lo descubriera. Entonces abre la boca:
- No sé que me dices. De ayer a hoy me he quedado sordo.
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