Rara vez sé qué voy a escribir cuando cargo la web del blogger. Suelo improvisar como tantas veces ante la hoja en blanco, porque aunque este fondo sea negro yo escribo sobre blanco y con buena caligrafía. De hecho he llegado a olvidar casi como escribir a mano, tan hecho estoy al teclado del ordenador. Mi letra de molde es tan buena como la de cualquiera.
Nosotros no lo veremos porque somos viejitos y no viviremos tanto, pero pronostico que en el futuro los humanos tendrán muchos más dedos y mucho más cortos para llegar con cada uno de ellos a cada una de las teclas y sin mucho recorrido. Y que decir de los pies, si casi no sirven para nada, con todos esos dedos chiquitajos que son inútiles del todo. Con lo bien que iban para pillar lianas de árbol en árbol. Por no hablar del rabo de los monos que se enroscaba para que pudieran quedan como Tom Cruise en Mision Imposible, con todo el cuerpo paralelo al suelo. Nosotros de eso nada, nuestros pies son un intermedio de la evolución que devorará los dedos. Los más pequeños prácticamente los hemos perdido ya y da pena verlos, tan incapaces. Que movimiento más torpe que tienen, si apenas pueden agarrar nada. Yo creo que sólo sirven para contener las uñas, que tampoco sirven para nada, pero al menos crecen bastante rápido. Y respecto al rabo, es obvio que el que tuvimos lo perdimos, y lo más parecido que tenemos resulta tan escaso para otros menesteres que los obvios que ya veremos si no termina desapareciendo también. Aunque en este caso me alegro de no vivir para verlo. Claro que ellas hubieran preferido que se pareciera más a aquel otro de los monos. Pero esto es lo que hay.
En cualquier caso yo soy de los que creo que la evolución las trató mejor a ellas. No hay más que verlas. Son, objetivamente hablando, en su mayoría de mordisco, y nosotros, nos pongamos como nos pongamos de decir "paso" en una partida de póker.
Y lo peor no es que lo digan, es que lo hacen.
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