jueves, 4 de febrero de 2021

Desde bien pequeño Pablo y yo venimos jugando al escondite. Por ejemplo en el sofá. Pablo se tapa con una manta y me pregunta algo que suena a Dónde está Pablo? Yo, por mucho que le esté viendo las piernitas y casi el cuerpo entero a excepción de la cabeza me hago el tonto y siempre comienzo por preguntar por él: Pablo, Pablo? Y entonces lo oigo reírse.

Luego invariablemente el juego continúa conmigo preguntando a la perrita Ona: 

Ona, y Pablo? Sabes dónde está Pablo?

A lo que Ona, esa preciosura no hace más que quedarseme mirando. Así que continúo yo cambiando la voz, como si contestara ella: 

- No está.

El juego acaba con Pablo saliendo de la manta gritando - Aquí!!!

Muerto de risa y feliz de sorprenderme.

Con el PP ocurre algo parecido. Sólo que Pablo son los papeles de Bárcenas. Están escondidos hasta que Bárcenas se los presenta en el 2009 a Rajoy, que aunque se haga de nuevo a buen seguro de tiempo atrás ya les venía viendo las patitas. Entonces Rajoy engola la trituradora los va echando por fajos que pueda tragar y dice - No están!!

Porque después de echarlas por ahí es como si nunca hubieran existido. Son arrojados a una máquina del tiempo que regresa la contabilidad al 81, antes de la financiación irregular. O acaso sea tan solo como hace la avestruz con el peligro. Basta con no verlo para que no exista. Diez minutos después de entrar a aquel despacho el enojoso asunto está completamente terminado. Sin cabos sueltos.

Lo que Rajoy no sabe es que Bárcenas se guarda una copia por si las moscas. De manera que él juego, en este caso, acaba con Bárcenas diciendo - No cumplistéis con la promesa a mi mujer. Y al juez a voz en grito:

- Aquí, están aquí!!

Aunque nadie queda alborozado.

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