miércoles, 24 de febrero de 2021

El problema de anunciar a los cuatro vientos mis jugadas en la lotería es que me obliga a venir aquí a escribir. Muy fácilmente si no vuelvo se desatarán las conjeturas, que si me tocó y no aparecí más.

Esto no sería un quebradero de cabeza sino fuera porque soy fácilmente secuestrable y de rutinas cotidianas, tendría que ser muy cauto a dar curso, aunque sea por omisión, a determinados rumores. Que mi vida puede valer bien poco frente a los 200 millones. En el mundo hay gente que mata por mucho menos, por bien poco.

En realidad, bien mirado no debe ser una gran jugada que te toque la lotería. Pierdes demasiadas cosas valiosas de ser pobre a cambio de qué, de un yate. Para sufrir por si alguien te raya el Cayenne, cosa que ha de ocurrir por fuerza, pues hay gentes muy envidiosas que no perdonarán que tengas un coche mejor que el suyo, o un coche mejor que el de todos los de la calle.

En el fondo da pereza ser rico, quizá por eso yo no lo sea. Si tienes más cosas seguro que sufres por más. Y además dejas de darles valor, con lo esclarecedor que es cuando tienes contigo un infante. Se educa siendo pobre mucho mejor. El nene atiende más. Menuda vida podrida será tenerlo todo desde siempre. Caldo de cultivo para la infelicidad, boletos con premio de suicidio por no tener que luchar por nada.

Por otro lado tiene que ser muy valiente y audaz anunciar, con un par, que te tocó la lotería y que no pasa nada. Que los envidiosos te envidiarán por eso o por cualquier otra cosa. Y si alguno se acerca lo bastante ya se ocupan de ellos los guardaespaldas, que dan puntapiés a tanto mensual y protegerán con su vida la gallina de los huevos de oro, nunca mejor dicho.

Aunque todo ese rollo suene tan poco apetecible que valga más seguir de pobre indefinido.

Claro que a veces ocurre que la lotería toca, porque jugaste, aunque ya no la quieras. Y entonces el confeti de los otros días se multiplica por cuatro. Y la rubia te dice que tienes mucha fortuna porque son más los que no les toca. Que si no querías no haber jugado.

FE DE ERRATAS Ahora me doy cuenta que la moza tenía el día libre. Es mejor cuando las noticias las da ella.

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